No te puedes poner ningún límite, no hay nada imposible.
Usain Bolt
Mucho se dice sobre los sueños y de las dificultades para lograrlos. Algunas veces los obstáculos nos llevan a pensar que es imposible alcanzarnos pero, ¿qué hubiera ocurrido si Gutenberg no hubiera puesto todo su empeño y dedicación en el suyo? Para crear la imprenta tuvo que sortear muchos obstáculos, principalmente monetarios, lo cual, para la mayoría, determina si lo que deseas cumplir culmina o no. Finalmente, Johannes Gutenberg, al no darse por vencido, logró lo que tanto anhelaba, inventar una herramienta que ayudara a la rápida reproducción de los manuscritos, cambiando por completo la Historia de la Humanidad. Si bien es cierto que nuestro inventor consiguió el subsidio para poder heredarnos la imprenta, hay muchos ejemplos que nos muestran que el dinero no lo es todo cuando se está decidido a llevar a cabo una empresa titánica para conseguir aquello que quieres.
La historia que abordaremos en esta ocasión es la de un atleta mundial que tiene un carisma peculiar que contagia a cualquiera, y un talento en las piernas que es reconocido por todo el mundo porque corre como si fuera un cheetah. Nos referimos a la leyenda del atletismo, el jamaiquino Usain Bolt.
Nació en Jamaica el 21 de Agosto de 1986, en el seno de una familia humilde, pero eso no fue un impedimento para que luchara por conseguir sus sueños; mucho gracias a su empreño pero también al apoyo que le brindó su círculo cercano. En todo momento, cuando incluso él dudaba, estaba su familia para recordarle que la vida no sería fácil, y que renunciar, con todas las capacidades que tenía para alcanzar sus metas, sería un error.
Vivió una niñez alegre, rodeado de gente que lo quería por su sencillez y por ser un hombre extraordinario.
Desde los 10 años comenzó a dar muestras de su talento como deportista; además del atletismo fue un destacado jugador de criquet, lo cual le dificultaba decidirse por una disciplina para dedicarse a ella por completo. Fue entonces cuando confió en los entrenadores de atletismo de su país, quienes vieron potencial en las piernas de Usain por su alta velocidad, ya que corría en la tierra descalzo con una energía impresionante. Nadie lo paraba.
Cumplidos los 14 años, ganó su primera medalla en los 200 metros en el campeonato de la escuela secundaria donde estudiaba, develándose lo que muchos ya intuían: Usain Bolt era un diamante en bruto que brillaría en las pistas en un futuro.
Su primera gran oportunidad de gloria la tuvo en el Campeonato Mundial Junior en el 2002 en Kingston, donde, efectivamente, pudo colgarse el oro en lo que sería su especialidad: los 200 metros, con un tiempo de 20.3 segundos, convirtiéndose así en el atleta más joven en ganar este torneo.
A raíz de esa hazaña impresionó al mundo del atletismo, recibiendo el premio de la Asociación Internacional de Rising Star Award y en ese instante le apodaron “El Relámpago Bolt”.
A partir de ese momento su carrera deportiva despuntó, ganando campeonatos mundiales en diferentes países como Australia, Alemania, entre otros; los aficionados se maravillaban ante la rapidez y facilidad con la que rebasaba y derrotaba a sus rivales.
Antes de debutar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, sufrió su primera lesión en el muslo, siendo esta situación un trago amargo para el jamaiquino, ya que no superó lo esperado por los especialistas, quedando eliminado en la primera ronda, experiencia que lo dejó marcado y con la enseñanza de que todos caemos, pero podemos levantarnos de un tropiezo con dedicación, garra, entrega y disciplina.
En el 2008, en Beijing, batió récord mundial con un tiempo de 9.69 segundos en los 100 metros, y después acumularía otros dos registros mundiales, ganando tres medallas doradas, siendo el año donde destacó y se consagró como una estrella del atletismo.
Para Londres 2012, con mayor experiencia, batiría su propio récord mundial con 9.63 segundos, que hasta la fecha sigue y seguirá registrado en la historia del deporte.
Los años pasaron y su nombre no se olvidó, al contrario, todos esperábamos ver entrar la alta y fornida figura de Usain en los pasados Juegos de Rio 2016, donde escribió con letras de oro: Leyenda sobre su pecho, ganado tres de tres preseas por las que compitió, convirtiéndose así en uno de los tres deportistas con más medallas en el atletismo olímpico, con un total de nueve distinciones de oro.
En una entrevista para la BBC confesó: “Estoy tratando de ser uno de los más grandes, para estar entre Muhammad Alí y Pelé. He hecho el deporte emocionante, he hecho que la gente quiera ver el deporte, he puesto el deporte en un nivel diferente”.
Además de su grandeza como atleta, como persona ha demostrado tener un corazón comprometido con su comunidad: ha sido parte de distintas campañas altruistas y en el 2013 creó una fundación en su país de origen para ayudar a niños y a jóvenes para que continúen con su educación y para que practiquen algún deporte; también hizo una donación para que la escuela primaria donde estudió no cerrara por falta de presupuesto, y los niños de la comunidad pudieran seguir tomando clases en ella.
Su vida es un relato que deja huella en las personas, no sólo por su forma de salir adelante ante la adversidad, sino porque es un ejemplo para los atletas, y aspirantes a ello, de cualquier disciplina, porque Usain Bolt con su forma de ser y su talento deportivo inspira al mundo.
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