Cuando el huracán Irma azotó la isla caribeña de Santo Tomás, un barco perteneciente a la cadena de hoteles Marriott zarpó con al menos 200 asientos vacíos, disponibles para los turistas. Pero como algunos de ellos no eran huéspedes y no habían pagado por un cuarto, no pudieron formar parte de la tripulación, los dejaron atrás, atrapados en una tormenta de vientos de 290 kilómetros por hora.
De acuerdo con The Washington Post, el barco de rescate de Marriott se negó a darle acceso a al menos 35 personas que no formaban parte de la lista de huéspedes de su hotel. Para reforzar su decisión, apagaron las luces del muelle para que los varados dejaran de insistir y regresaran a las entrañas de la tormenta.
Mientras los vientos destruían todo a su paso y las luces de toda la isla se esfumaban —además de que el huracán José se aproximaba amenazante—los turistas no tuvieron otra opción más que publicar en sus redes sociales que habían sido víctimas de las discriminaciones más cínicas mientras veían al barco alejarse con 200 asientos disponibles.
De acuerdo con el medio estadounidense, los turistas que se quedaron atrás en una isla ya no contaban con agua potable, gas y electricidad. «Los caminos se volvieron impenetrables mientras que los escombros caían de los edificios y los árboles llenaban de basura las calle, mientras una parte del Aeropuerto Internacional ya estaba en los suelos».
Los turistas tampoco podían comprar nada, pues las tiendas locales se quedaron sin provisiones de agua y comida. Naomi Ayala, una de las abandonadas, dice en un video grabado mientras el barco los deja: «Esta fue una decisión del Marriott, que no nos dejó subirnos en su barco para que esperáramos a encontrar vuelos de regreso a casa».
Como respuesta, la cadena de hoteles dijo que aunque ellos querían ayudar a los turistas, muchos miembros del personal dijeron que no tenían autorización para que más pasajeros abordaran.
Irma, huracán categoría 5, el más grande jamás formado en el Océano Atlántico, devastó a las islas del noreste caribeño, Antigua y Barbuda, Saint Martin, Islas Vírgenes, Puerto Rico y San Vicente, con lluvias poderosas y vientos de hasta 290 kilómetros por hora.