En México, cada año cerca de 25 mil menores de edad sufren de abuso sexual infantil, esto equivale a una media de 2.8 agresiones sexuales cada hora, según datos de la asociación civil Guardianes.
En entrevista para Cultura Colectiva Noticias, María del Rosario Alfaro Martínez, titular de la organización que trabaja en la prevención del maltrato y abuso sexual en menores, comentó que este número es alarmante en el país.
«El abuso sexual es cualquier tipo de contacto o no de naturaleza sexual, en donde un adulto o adolescente que busca una gratificación con un menor. Existe el abuso sexual con o sin contacto físico, desde tocamientos hasta que posen desnudos, y la violación que va desde la penetración hasta introducción de dedos u algún otro objeto».
Guardianes es una asociación civil en la Ciudad de México que busca prevenir el maltrato y abuso sexual, a través de la educación para tutores y padres de familia que se conviertan en protectores para evitar este flagelo que continúa en aumento.
Generalmente los abusos sexuales son al interior de la familia, en el 85 por ciento de los casos los pedófilos están más cerca de la víctima, mientras que el restante 15 por ciento son personas ajenas.
*Foto: El Universal
EL PERFIL DE UN PEDÓFILO, MÁS CERCA DE CASA
«En datos de la Procuraduría General de la República (PGR), la mayoría de los agresores sexuales infantiles son varones adultos, casados, les gustan los trabajos o empleos donde estén cercanos a los niños y niñas, suelen ser carismáticos y agradables, tienen baja tolerancia, temperamentos explosivos y gran facilidad emocional. En general son personas cercanas, las estadísticas demuestran la mayoría de los depredadores son desde el papá, padrastro o la pareja sexual de la mamá, después están los tíos, abuelos, primos o hermanos. El agresor casi siempre está en la familia».
Según Alfaro, los depredadores sexuales suelen repetir patrones de conducta que los hace identificables, en especial, en las redes sociales. «Cuando hablamos de abuso en Internet, nos hemos dado cuenta que el día de mayor acción de los pedófilos es los domingos por las tardes y el mes de agosto, cuando los menores están de vacaciones. El abuso también puede ser desde un medio electrónico, en estos casos son vulnerables cuando los adultos que no les conocen intentan observar sus publicaciones y fotografías».
La titular de Guardianes lamentó que no exista ningún grupo de ayuda para los sociópatas sexuales. «La verdad no existe un lugar que trate a estas personas ni clínicas. Son personas que tienen necesidades sexuales como los adultos que son, pero tienen incapacidades emocionales como si fueran niños que provocan esa atracción a los menores. Generalmente son personas casadas, que tienen pareja, viven en una familia, que podrían parecer “normales” pero que sin embargo se sienten atraídos de manera dominante a los niños».
El perfil psicológico de los pedófilos es bastante amplio, pero en su mayoría son varones mayores de 35 años, heterosexuales y regularmente viven en pareja pero con pocos amigos o una incapacidad de entablar relaciones sociales con adultos, razón por la cual buscan el acercamiento con los menores.
*Foto: Facebook.
UN BESO Y UNA CARICIA, NO DEJAN HUELLA
La activista aseguró que la mejor cura ante esta situación es la prevención, pero en los casos cuando la agresión se efectuó existes diferentes señales que arrojan los niños y niñas que deben observarse.
«El abuso sexual con o sin tocamiento crea comportamientos distintos en los pequeños. El primero es un cambio de comportamiento repentino, si antes le gustaba salir a jugar ahora no sale. Trastornos de alimentación, desde periodos largos de ayuno o hasta comer demasiado. Es por ello que México tiene tan altos índices de obesidad, porque está asociada al abuso infantil, inconscientemente estas cifras están relacionadas. Es proteger tu cuerpo de algo, en este caso de una agresión. También están los trastornos de sueño, generan encopresis y enuresis, hacerse pipí o popó sin control. Tienen cuadros de ansiedad complejo, se golpean. Buscan estar parados todo el tiempo, no les agrada estar sentados».
* Foto: Facebook.
A MAYOR RIQUEZA, MÁS VULNERABLES
La especialista detalló que los menores de edad que viven un estatus social más alto o en familias acomodadas son mayormente vulnerables por el número de personas externas involucradas en sus cuidados.
«Ellos son niños y niñas de extrema pobreza emocional. El abandono de los padres es letal para ellos, porque los dejan al cuidado de una red de cuidadores ajenos, desde la nana, el chofer, el guardaespaldas, el instructor deportivo personal y una larga lista de personas pagadas. Son más vulnerables a sufrir una agresión sexual».
* Foto: Guardianes. Cortesía.
¿QUÉ HACER Y CÓMO ACTUAR?
Rosario Alfaro recomienda hablar a tiempo de sexualidad con los menores y darles herramientas para detectar cualquier beso o caricia no deseada.
«Se puede prevenir cuando se le da a los niños habilidades para que ellos puedan identificar quién es un adulto protector de un adulto agresor, para que puedan distinguir entre una caricia de ternura de una erótica, para que ellos ponga límites. Debemos quitarnos muchos mitos de la sexualidad y decirle a las cosas por su nombre, así ellos podrán identificar dónde está el pene, vagina o testículos, porque muchos de los agresores le ponen apodos a sus partes íntimas. El lenguaje debe ser adecuado».
Pero en los casos extremos se debe actuar a tiempo. «El paso número uno es creerle a la víctima, los niños pequeños no mienten. No revictimizar a los pequeños. Hay que decirle «yo te creo, lo que hiciste fue lo mejor que hayas hecho, yo como adulto te voy a proteger y vamos a hacer lo posible». El siguiente paso es hacer una denuncia legal y social, porque un pedófilo no va a dejar de agredir sexualmente a menores. Y dar tratamiento psicológico, existen muchas organizaciones que podemos dar apoyo a tiempo y evitar secuelas irreparables. Se puede encontrar una solución».
