Linda Wenzel encontró una extraña pero ferviente fascinación por el Islam y la forma de vida de los musulmanes, por lo que un fin de semana decidió “salir con un amigo” para nunca más volver a su casa en Pulsnitz, Sajonia, al este alemán.
La revista Der Spiegel, hizo un seguimiento detallado de la trayectoria de Linda, gracias a los datos recabados por la fiscalía de Dresde. Criada en el protestantismo de una familia conformada por su madre y padrastro, la joven explicó a sus tutores que se había interesado por el Corán, las costumbres y tradiciones islámicas por lo que cambió sus hábitos de comer y vestir volviéndose más peculiar en una ciudad de 8 mil habitantes.
*Fuente: BBC
Gracias a su interés constante, comenzó a investigar en Internet todo sobre el Estado Islámico, hasta que se puso en contacto con un grupo yihadista de Chechenia. Linda tomó un avión y escapó de su hogar hasta Estambul en julio de 2016, durante su búsqueda la fiscalía alemana perdió el rastro hasta la capital turca, donde no se volvió a saber nada de ella.
No fue hasta su reaparición por imágenes viralizadas en línea donde Wenzel posa con soldados iraquíes, después de descubrir un grupo de 20 mujeres provenientes de Rusia, Turquía, Canadá, Libia, la región del Cáucaso y Siria quienes se habían vuelto a servicio del Estado Islámico. Lo que llamó la atención de las milicias es que Linda era una adolescente de tan sólo 16 años.
*Fuente: BBC
Según las televisoras alemanas NDR y WDR, la joven alemana fue hallada herida de una pierna durante un ataque aéreo en la ciudad de Mosul en la toma de la ciudad por las fuerzas iraquíes. “Sólo quiero ir a casa lejos de esta guerra, lejos de tantas armas y ruido”, declaró Wenzel durante una entrevista.
La inteligencia alemana ya había abierto una carpeta con los expedientes y sospechas de que Linda podría haber participado en los preparativos para los atentandos en contra de la seguridad nacional y continental, sin embargo a raíz de su desaparición, esta teoría se diluyó.
De acuerdo con Der Spiegel, Wenzel se encuentra presa en una cárcel de máxima seguridad por las milicias iraquíes en Bagdad, recibió apoyo consular de su país pero las maniobras diplomáticas no han sido suficientes para sacarla de prisión y su extradición es incierta.
*Fuente: El Informante
Para las autoridades iraquíes, el colaborar, participar, afiliarse o ayudar al Estado Islámico es considerado un delito tan grave que podría pagarse con la pena de muerte (horca). En caso de ser extraditada a Alemania, enfrentaría cargos por delitos vinculados al terrorismo.