Necesitas ayuda; una emergencia se presentó en el lugar en el que estás, así que tomas el teléfono y llamas al 911. Una ambulancia ha llegado a tu servicio. La presión hace que no te des cuenta que el vehículo que llegó no tiene siglas de ninguna de las instituciones que podrían brindarte auxilio.
Llegas a un hospital privado a bordo de esa ambulancia. Un médico al que no conoces y que tampoco tiene tu historia médica, te atiende. Pasadas las horas de angustia, los operadores de la ambulancia te cobran 500 pesos o más, por el servicio que te dieron. Servicio que debe ser gratuito. En ese momento has sido víctima de una ambulancia pirata o “ambulancia patito”, como también son conocidas.
En entrevista otorgada para el diario Milenio, Idris Rodríguez Zapata, coordinador del Centro de Control, Comando, Comunicación y Calidad capitalino (C5), informó que las personas que integran el 911 serían incapaces de filtrar información a estas ambulancias, por el contrario, sostuvo que puede que sean las mismas autoridades, como los policías o responsables de grúas, los que estén comunicándose con estos vehículos irregulares por los que se cobra un servicio que es totalmente gratuito.
Rodríguez Zapata mencionó además que ellos no envían ambulancias que refieran algún costo para quien se comunica solicitando auxilio. Los operadores que reciben la llamada están capacitados para transferirla al área correspondiente, léase ERUM, CRUM, Protección Civil, Bomberos, entre otros.
Los casos que se presentan en los que estas ambulancias te niegan el servicio al no poder costearlo, han ido en aumento. Por ejemplo, una joven que solicitó el servicio de emergencia porque estaba a punto de dar a luz, fue bajada de la ambulancia pirata en plena calle ubicada en la delegación Benito Juárez porque no tenía dinero para dar la cuota que los supuestos paramédicos le exigieron.
Lo mismo pasó con un joven al que, después de accidentarse y fracturarse en la carretera, le quitaron la férula que protegía uno de los huesos de sus brazos, por negarse a pagar el servicio de la ambulancia.
Pero estos no son los únicos casos en los que estas ambulancias hacen de las suyas en México; también aprovechan las ventajas que se les ofrece a las ambulancias que sí están reguladas, como circular por carriles exclusivos, estacionarse en lugares prohibidos, usar la sirena y rebasar los límites de velocidad. Según las propias personas que han sido víctimas de estas irregularidades, el costo por el servicio oscila entre los cuatro mil y los seis mil pesos.
Otra de las cosas que se deben tomar en cuenta es que no se sabe si el personal que maneja estas ambulancias, incluidos los paramédicos que van en ellas, están debidamente capacitados para atender una emergencia. La labor de aquellos que están prestando sus servicios en instituciones como la Cruz Roja es que si llegan en el momento en que la persona que pidió ayuda está siendo atendida por otra ambulancia, reporten inmediatamente a sus superiores para que esto pueda erradicarse poco a poco.
Las autoridades del C5 indicaron que ya trabajan en conjunto con la Secretaría de Salud, la Secretaría de Seguridad Pública y la Consejería Jurídica para elaborar una ley que regule los servicios que están vendiendo —y no prestando— las ambulancias pirata, y esperan que este mismo año sea aprobada.
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