Lo que algún día era un lugar lleno de vida, hoy tan sólo guarda recuerdos y una historia marcada por la tragedia.
En un rincón de la Ciudad de México, se encuentran los restos del gran Cine Ópera, donde se reunían familias enteras y amigos para disfrutar de películas, obras de teatro y hasta conciertos.
Este recinto cultural fue construido durante la época del Cine de Oro en México, momento clave para difundir aquellos proyectos que enaltecían el nombre de nuestro país.
El 11 de marzo de 1949, el Cine Ópera abrió sus puertas proyectando por primera vez el filme ‘Una familia de tantas’, de Alejandro Galindo.
Durante más de 40 años, estuvo dedicado al entretenimiento, incluso albergó aquellas películas de Disney con las que crecieron varias generaciones.
El lugar era tema de conversación en todos lados, convirtiéndolo en uno de los más populares hasta que en 1985, la tierra sacudió fuertemente a la capital del país con un terremoto de 8.1 grados.
Este acontecimiento marcó la vida de muchas personas y al mismo tiempo, el declive del Cine Ópera, el cual tuvo que cerrar por los severos daños que dejó el sismo, como las grietas y que una pantalla enorme se cayera.
El brillo que tanto caracterizaba al recinto se había perdido y parecía un edificio más en el olvido. Sin embargo, ocho años más tarde (en 1993), este sitio se llenó de vida gracias a la música. Dejó de ser cine y teatro para albergar conciertos.
Varios bandas y artistas de renombre como ‘Los Héroes del Silencio’, pisaron el escenario del Cine Ópera, pero nuevamente la tragedia jugó protagonismo.
El concierto que marcó el fin del Cine Ópera
El 12 de octubre de 1998, la banda británica Bauhaus se presentó en es este lugar. Era tanto su éxito y popularidad, que algunos jóvenes no perdieron la oportunidad para conocer a los integrantes de su agrupación favorita.
Sin embargo, en medio de una fuerte lluvia, apareció alguien anunciando que los boletos estaban agotados, lo que encendió la ira de los fanáticos.
No les importó que la capacidad del lugar estaba al máximo y planearon un ‘portazo’, pues nada los detendría para cumplir uno de sus más grandes sueños.
Haciendo uso de la fuerza, entre empujones, golpes y la furia que recorría el cuerpo de cientos de jóvenes, lograron entrar.
Después de este acontecimiento, el Cine Ópera nuevamente cerró sus puertas y pasó a ser parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
De Cine Ópera a lugar ‘fantasma’
Hoy en día, si caminas por la calle Serapio Rendón, en la colonia San Rafael, podrás ver lo que quedó de aquel recinto que destacaba por su brillo y elegancia.
Es fácil identificarlo, su nombre aún permanece y dos esculturas femeninas que cubren sus rostros con máscaras teatrales, lo cuidan desde las alturas.
Así fue como la tragedia opacó al Cine Ópera, que actualmente está abandonado y tiene un aspecto realmente escalofriante, dejando de ser aquel punto de encuentro para disfrutar de un momento memorable.
