La crisis humanitaria que azota a Siria ha sido núcleo de una oleada de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, fundamentalmente por tortura. El Departamento de Estado de Estados Unidos acusó al régimen de Bashar al Assad de sistematizar el asesinato de prisioneros y deshacerse de los cuerpos de manera masiva e inhumana.
Stuart Jones, subsecretario auxiliar de la Oficina Auxiliar de Medio Oriente, declaró que el régimen sirio instaló sistemas crematorios en complejos penitenciarios en Sednaya, a 45 minutos al norte de Damasco. Jones sospecha que en la prisión se encuentran restos humanos de prisioneros asesinados y torturados.
El complejo penitenciario de Sednaya es el más grande y seguro de todo Siria, sede de matanzas extraoficiales perpetradas por el mismo estado, agudizadas desde el inicio de la guerra civil. Jones y la Oficina Auxiliar calculan que en la prisión se llevan a cabo por lo menos unos 50 asesinatos diarios.
En 2013, el gobierno invirtió capital para renovar el edificio a raíz de la cantidad de prisioneros rebeldes que recibía la penitenciaria tras enfrentamientos con las fuerzas armadas. Los crematorios representaban un esfuerzo para ocultar la magnitud de los asesinatos masivos que ocurren diariamente en Sednaya. De acuerdo con un reporte presentado por Amnistía Internacional (AI), a principios de año las autoridades sirias ejecutaron entre 5 mil y 13 mil personas en Sednaya entre 2011 y 2015. La denuncia de AI condena al complejo como un ‘matadero humano’ donde diariamente se violan los derechos humanos sin ninguna restricción ni sanción, acusando a la comunidad internacional por su dejadez con respecto a tomar medidas determinantes. En el reporte AI denuncia torturas por descargas eléctricas, golpizas y violaciones.
El Departamento de Estado acusa a al Assad del uso de armas químicas contra la población civil, del desabastecimiento de servicios básicos como agua en las ciudades tomadas por los rebeldes, de bombardear ciudades reduciéndolas a escombros, lo que ha dejado a miles sin refugio ni hogares. Además, sus fuerzas armadas cometen crímenes sexuales y saqueo de ciudades y ahora tienen una de las prisiones más despiadadas del mundo.
La guerra civil ha dejado un saldo aproximado de 400 mil personas muertas y miles de refugiados, de acuerdo con Naciones Unidas.
En respuesta el gobierno de Estados Unidos realizó represalias a raíz del último ataque químico, en abril. Trump ordenó el lanzamiento de misiles supuestamente a un almacén militar donde el régimen resguardaba armas químicas.
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