En 2010, Richard Serra, considerado uno de los mejores escultores vivos, obtuvo el premio Príncipe de Asturias por sus construcciones minimalistas de grandes rodillos y hojas de acero. Muchas de sus piezas son autosuficientes y acentúan el peso y la naturaleza de los materiales.
Su trabajo ha invadido el Museo Guggenheim Bilbao, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Universidad de California en San Francisco, la plaza federal en Nueva York y ahora el desierto de Catar con su nueva escultura: East-West/West-East, con la que se inaugura la primera exposición individual del escultor norteamericano en Oriente Medio, con dos sedes simultáneas: Doha y Katara
East-West/West-East, se extiende por más de un kilómetro de longitud y cruza la península de la Reserva Natural Brouq. Consta de cuatro monumentales placas de acero: unas de 14,7 metros de altura y otras de 16,7 metros, que contienen reminiscencias de las obras de Salvador Dalí.
La obra se encuentra entre dos pequeñas altiplanicies y se funde con el paisaje árido, invadido de camellos.
La exposición se lleva a cabo bajo el patrocinio de la jequesa Al Mayassa Bint Hamad Al Thani, presidenta de la Autoridad de los Museos de Catar y la persona más influyente del mundo del arte, según una lista elaborada por la revista ArtReview.
East-West/West-East se suma a otras exposiciones como las de Damien Hirts, Cézanne, Adel Abdessemed o Mark Rothko, artistas con los que se pretende convertir a Catar en un foco del arte a nivel mundial.