Las fotografías que tomó el telescopio Hubble han permitido que los astrónomos contemplaran por primera vez cómo una estrella gigante a 25 millones de años luz dio lugar al nacimiento de un hoyo negro.
Una de las grandes interrogantes de la astronomía moderna es la existencia de los hoyos negros. Desentrañar su comportamiento es una de las claves para entender la historia del universo. Pero las dificultades para estudiarlos han complicado el avance de los científicos en la materia.
La humanidad nunca “ha visto” un hoyo negro, porque es imposible de hacerlo. Su fuerza gravitatoria es tan poderosa que incluso “se traga” la luz. Es por eso que los expertos interpretan datos ahí donde pareciera no haber nada. La realidad es que, usando una serie de cálculos complejos, podemos saber en dónde se ubican. Pero no “verlos”.
La serie de fotografías que el telescopio Hubble tomó de una estrella gigante (con un brillo miles de veces superior al de nuestro Sol) “desapareciendo” después de lo que se conoce como una “ráfaga corta” de energía que data del 2009 contiene información importante hacia el entendimiento de los hoyos negros.
La repentina “desaparición” de una estrella masiva en un lapso de tiempo muy corto para los parámetros astronómicos, dieron aviso a los astrofísicos dirigidos por Jill Jerke, de la Universidad de Ohio, para estudiar la galaxia donde se encuentra dicho astro.
Por medio del estudio del espectro visto con rayos infrarrojos, los expertos entendieron que la “desaparición” fue en realidad el nacimiento de un hoyo negro. Los rastros de “polvo” que dejó la estrella y que el recién nacido hoyo negro se está “comiendo” o “consumiendo” fueron las pistas que permitieron a los científicos apreciar el origen del fenómeno.
De confirmarse la observación, esta sería la primera vez que un evento así es captado por nuestros telescopios. Christopher Kochanek, otro de los líderes del proyecto, es un “pesimista declarado”, pero en esta ocasión, mantiene cierta esperanza de que los cálculos realizados sean correctos.
En febrero pasado, un grupo de expertos del Observatorio de Ondas Gravitacionales observó la colisión de dos hoyos negros de masas treinta veces más grandes que la de nuestro sol. Los resultados de sus estudios demostraron que la teoría de Albert Einstein sobre la afectación del espacio tiempo a causa de ese choque era correcta.
*Con información de: New Scientist, Space.com, Sputniknews.com, Gizmodo, ZMEScience.com, PCWorld.com