En el mundo mueren alrededor de 10 millones de niños al año a causa de la desnutrición y es que tan solo en 2016 la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dio a conocer que las personas afectadas por el hambre en el mundo son 108 millones, un drástico aumento en comparación a 2015 donde eran 80 millones.Si volteamos a México, la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA) indica que 1 de cada 4 mexicanos no tienen acceso a la canasta básica.Ahora que sabemos esto nos queda preguntarnos ¿qué hacemos al respecto? La respuesta es muy simple: Desperdiciar comida.
Veamos, tan sólo en México más del 37% de los alimentos que se producen cada año se pierden o se despilfarran, lo que significa que 28 millones de mexicanos actualmente pasan hambre o no satisfacen sus necesidades alimentarias, esto lo advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).Si vemos el campo mexicano, este produce al año 31.4 millones de toneladas de alimento, sin embargo 6.3 millones son desperdiciadas. Si tan solo se rescatarán la mitad de esos alimentos, se podría atender a los 3.4 millones de mexicanos en situación de desnutrición.En términos más comparativos, la cantidad de alimentos desperdiciada en México al año podría ser la equiparable a 800 mil toneladas de pan, 400 albercas olímpicas, más de mil millones de litros de leche o 10 rascacielos de 45 pisos.
Las causas son muchas, desde el campesino que no cubre los costos de producción para levantar su cosecha o el productor masivo que no aprueba los estándares de exportación hasta la falta de consciencia y las sobras que se arrojan al cubo de la basura, los motivos se extienden por toda la cadena de producción.La suma de toda la merma sería suficiente para que 7.4 millones de pobres extremos con carencias alimentarias se alimentaran de forma digna.”Erradicar el hambre en México no pasa por la cantidad de comida, hay alimentos suficientes, incluso si se desperdicia más de un tercio”, apunta Fernando Soto Baquero, representante de la FAO en México.
El reto es mayor para lugares como la Ciudad de México, en donde más de un millón de personas vive en carencia alimentaria; la lógica es simple: Entre más lejos tiene que llevarse el producto, el porcentaje de pérdidas es mayor.La FAO calcula que en América Latina se pierden al año 127 millones de toneladas de alimentos, 10 veces la capacidad de la central de abastos de la Ciudad de México, el mercado mayorista más grande del mundo.A pesar de todo lo anterior, las estimaciones aún no son suficientes para determinar en qué puntos se pierde más comida ni cuál es el destino final de los alimentos descartados.