En la antigua Grecia, los jóvenes púberes solían tener relaciones sexuales con sus docentes, una tradición educativa fomentada por la aristocracia (el sistema político ideado por Aristóteles) para fortalecer los lazos entre ambos y el intercambio de conocimientos y saberes.
El vocablo ‘pederastia’ se usaba para referirse precisamente a eso, a la relación sexual entre un adulto y un joven adolescente. Sin embargo, hoy en día se confunde con el término ‘pedofilia’, pero nunca se deberían emplear para referirse al mismo concepto.
Aunque etimológicamente hablando ambas palabras derivan del término paidós, que significa ‘niño’, ‘pedofilia’ deriva de su unión con filia, ‘amistad’ o ‘amor’, mientras que ‘pederastia’ proviene de la unión con erastês, ‘amante’.
Eso quiere decir que un pedófilo únicamente siente una atracción erótica o sexual hacia niños o adolescentes, aunque no abuse de ellos; mientras que los pederastas sí sostienen una relación sexual con los niños y por ello, ese es el término correcto que debería usarse para referirse a los hombres que cometen abuso sexual.
*Foto: Aquí Actualidad.
En términos clínicos, de acuerdo con el psicólogo Oscar Castillero Mimenza para el portal Psicología y Mente, la pedofilia se define como una parafilia, un tipo de trastorno sexual caracterizado por la presencia de «fantasías recurrentes y productoras de un elevado nivel de excitación sexual en el que el objeto de deseo es un niño prepúber».
Mimenza también explica que por lo general, el pedófilo busca ese “contacto” con su objeto de deseo mediante imágenes pornográficas y autoestimulaciones con base en sus fantasías.
En el caso de los pederastas, desde el punto de vista clínico, el psicólogo explica que son las personas que tienen las fantasías propias del pedófilo pero que son llevadas a la realidad, una conducta en el que el menor es usado como objeto sexual por un individuo con el que existe una relación de desigualdad.
Aunque de acuerdo con la tercera edición del Diccionario académico ambos términos comparten el significado «inclinación erótica hacia los niños», para referirse a la consumación de los actos sexuales únicamente es apropiado usar pederastia, pues pedofilia no “recoge” el abuso.
*Foto: Revolución 3.0.
Hay otras diferencias más específicas que distinguen ambos vocablos. Por ejemplo, la edad de los niños “vistos con erotismo” o abusados sexualmente también tienen que ver en la definición y uso lingüístico.
La pedofilia hace referencia de forma mucho más determinada a los menores prépuberes, quienes tienen entre 8 y 12 años, mientras que la pederastia incluye a los menores adolescentes, es decir, entre los 13 y los 17 años de edad. Sin embargo, en la vida cotidiana el término empleado para los abusadores sexuales aplica de forma general a todos los menores de edad.