El director de política a nivel nacional de la campaña de Donald Trump, Jim Murphy, ha decidido dar “un paso al costado” en sus labores. No ha renunciado a su cargo, pero por “razones personales” decidió dejar de tener un rol activo en la toma de decisiones. Es el primer consejero de alto nivel que abandona al neoyorkino.
El portal Político informó que la tarde de este jueves, Jim Murphy dejaba de actuar como el líder operativo en los estados claves para la campaña de Trump. La primer baja en el personal más cercano al republicano se ha dado apenas un día después del último debate presidencial.
Faltan dos semanas para el día de las elecciones. El cargo que ocupaba Murphy es uno de los más importantes en el tramo final del ciclo. Entre sus actividades se encontraban las de coordinar las estrategias en los estados más competidos, así como decidir las inversiones en anuncios de televisión y radio.
La partida de Murphy es apenas la punta del iceberg. Trump ha tenido tres semanas devastadoras para su campaña. Su caída en las encuestas inició con la publicación de un video donde se podía escuchar al magnate hablar de manera ofensiva sobre las mujeres. Sus actuaciones en los debates no lo han ayudado.
El miércoles pasado, durante su encuentro con Hillary Clinton, llamó a su rival “mujer asquerosa”. Además, no pudo comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones.
Sus discursos se han enfocado en los últimos días a atacar a candidatos y autoridades de su mismo partido. El mensaje de su campaña ha intensificado el apoyo de su base de votantes, pero lo ha alejado de los electores que podrían darle la posibilidad de ganar la carrera hacia la Casa Blanca.
En los estados en donde necesita ganar, Trump se ubica por detrás de Clinton en las encuestas, en todos menos en Iowa. En las entidades tradicionalmente republicanas, como Arizona y Utah, sus números también son malos. Las proyecciones le dan menos del 10 % de probabilidades de ganar las elecciones.
Con una campaña inmersa en una dinámica negativa y con un apoyo cada vez menor, no es una casualidad que los consejeros más cercanos de Trump empiecen a alejarse de su barco. Los jefes y directores de su campaña se han desmarcado de las declaraciones más extremas del magnate. Buscan proteger sus intereses, ya que son profesionales que se dedican a coordinar campañas estatales y nacionales.
La salida de Murphy se suma a la de Newt Gingrich, exjefe del Congreso estadounidense y ahora exconsejero de Trump, así como la información de que Roger Ailes, amigo del magnate y ex CEO de Fox News, dejó de hablar con el candidato.
Esto podría indicar una sangría de trabajadores de la campaña a casi dos semanas del día de las elecciones. Trump, con sus decisiones y estrategias, empieza a quedarse solo.
*Con información de: Politico, The New York Times, The Washington Post.
