Ya no hay refugios para los osos polares. Tarde o temprano ninguna de las zonas que habitan en el Ártico quedará exenta de los efectos del cambio climático.
Los osos polares, especie amenazada, necesitan del hielo para sobrevivir. Pero los bloques congelados de los mares que habitan en el Ártico se derriten y se van flotando, todo debido a las altas temperaturas que trajo consigo el cambio climático.
Sin ellos, se ven obligados a permanecer en tierra firme, sin la posibilidad de cazar y reproducirse y a la larga, sobrevivir.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ha advertido que la temperatura de todo el mundo puede incrementar de 2.5 a 10 grados Fahrenheit a lo largo del siguiente siglo.
El Ártico es precisamente una de las zonas que se ven más perjudicadas por las altas temperaturas y las consecuencias de los gases de efecto invernadero, pues se está calentando de dos a tres veces más rápido que el resto del planeta: los glaciares se derriten y al mismo tiempo que los niveles del mar, suben.
Incluso, algunos científicos temen que para mediados de siglo ya no quede hielo disponible en el mar.
Los refugios –zonas que tardan más en derretirse – ofrecen protección a los osos y les permiten sobrevivir. En el Polo Norte, por ejemplo, 19 poblaciones de osos (alrededor de 25 mil individuos) pueden resguardarse en esas áreas. Desgraciadamente, ni siquiera estas zonas quedarán inmaculadas.
El matemático Harry Stern y la bióloga Kristin Laidre de la Universidad de Washington en Seattle, analizaron un registro digital que se prolongó por 35 años para observar las áreas habitadas por estas poblaciones.
Descubrieron que en todos los casos, la tendencia de deshielo se presentó antes en primavera y se atrasó el congelamiento para otoño (cosa que no sucedía).
Entonces, el periodo de tiempo entre los niveles máximos de hielo marino en marzo y los mínimos en septiembre, se han alargado alrededor a nueve semanas desde hace 37 años.
Esto significa que el tiempo durante el cual los osos pueden contar con los bloques de hielo necesarios para cazar y reproducirse cada vez es menor. Apenas y logran concluir sus actividades de supervivencia.
Otros estudios científicos han logrado demostrar que el recorte de esos periodos de tiempo afecta directamente en la cantidad de osos, pero sobretodo en su salud y calidad de vida.
El verano se adelanta: cuando los polos se derriten, pierden la capacidad de “alentar” su metabolismo, lo que permite que conserven energía y nutrientes durante el verano.
Los refugios se acabarán tarde o temprano y los osos ya no tendrán a dónde ir, no podrán permanecer en tierra firme siempre y aunque perdure un poco de hielo marino durante los próximos años, deberán sobrevivir a otras amenazas: los derrames petroleros y la “hibridación natural” que pone en riesgo a la especie.
*Con información de: Nature, One Green Planet.