“Comencé a llorar porque tenía miedo. Luego su madre y su hermana entraron a la habitación. Me sujetaron los brazos y las piernas y me quitaron la ropa interior”, es la cruda declaración de una de las miles de esclavas sexuales que día a día viven el infierno en China.A partir de la última semana de junio China logró entrar en la lista negra de países con mayor tráfico de personas, la cual comparte con Corea del Norte y otras 21 naciones.El informe, hecho cada año en Estados Unidos, asegura que tanto China como Corea del Norte crean toda una complicidad para sostener la red de tránsito, especializada en la explotación de ciudadanos norcoreanos.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, aseguró que China tiene gran culpa “en parte, porque no ha tomado medidas serias para poner fin a su complicidad en el tráfico de seres humanos, incluyendo a los norcoreanos sometidos a trabajos forzados”.En el informe se asegura que gracias a todos los trabajadores forzados enviados a China y Rusia, “Corea del Norte recibe cientos de millones de dólares por año”.Las misma víctimas del tráfico de personas entre ambas naciones que lograron escapar, decidieron compartir las horripilantes experiencias que vivieron como consecuencia de este oscuro negocio.Algunas historias fueron retratadas en la autobiografía titulada “Querido Líder”, escrita por Jang Jin-sung, un desertor de Corea del Norte.En el texto se cuenta la historia de Shin Gwang-ho, un agente dedicado a ayudar a desertores del país comunista a llegar desde el noreste de China hasta Corea del Sur. Shin narra cómo norcoreanos arriesgan su vida al cruzar la frontera para encontrar una miseria igual o peor del otro lado.”En China, hay menos mujeres que hombres, y en algunas aldeas no hay mujeres siquiera. Estos hombres no pueden casarse, a menos que tengan dinero”, indica Jang Jin-sung. “Entonces, hay hombres que se dedican a secuestrar a mujeres norcoreanas apenas cruzan la frontera con China”.
Jang cuenta que cuando las mujeres son secuestradas enfrentan un horrible futuro en la prostitución de China.”Se les llama Cerdas. En el campo chino, los cerdos son valiosos, así que la gente llama a las mujeres cerdas. Son clasificadas según su edad y apariencia”, afirma Jang Jin-sung en el libro. “Una cerda de primera categoría puede conseguirse por alrededor de 200 mil won; la segunda categoría se vende a 150 mil won; y la categoría tres puede costar 100 mil won. Categoría uno es equivalente a alrededor de mil 500 dólares″, El hombre detalla que incluso algunas mujeres terminan encadenadas toda la noche para que no puedan escaparse antes de la venta.”Piénsalo: un campesino que ha comprado una mujer ha hecho una gran inversión, y estas mujeres norcoreanas ya fueron suficientemente atrevidas como para cruzar la frontera”, explicó el autor del libro. “¿Crees que no se escaparían? Bueno, sí, ellas continúan escapándose, y porque todos saben esto, son mantenidas con cadenas, por lo menos hasta que hayan tenido su primer bebé”.
Al parecer las mujeres son las únicas que padecen una vida de esclavitud, pues los hombres norcoreanos no corren tantos riesgos con los traficantes chinos.”Mientras que la mayoría de las mujeres norcoreanas son vendidas, los hombres norcoreanos poseen dos destinos posibles. O son capturados y devueltos a Corea del Norte o, si tienen suficiente dinero, eventualmente llegan a Corea del Sur”,dijo Shin. “Pero a los ojos de los traficantes, las mujeres aquí valen por lo menos 150 mil won cada una”.Según los registros del libro, hay alrededor de 100 mil norcoreanos capturados en China. Sin embargo, otras fuentes reportan que esa cifra podría estar más cercana a los 200 mil.
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