Personas que laven baños, que limpien botes de basura en oficinas, que lustren zapatos en las calles, que dejen limpia la loza en los restaurantes. Personas que no tienen ninguna clase de estudios ni preparación que se encarguen, por un sueldo bajo, de un trabajo sumamente pesado.
Contrario a la reforma migratoria de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, parece que cada vez más se necesitan inmigrantes poco calificados, ya que consumen bienes y servicios hechos en Estados Unidos, además, su mano de obra barata aumenta la producción económica y reduce los costos.
Trump asegura que quiere deportar a once millones de inmigrantes porque quitan trabajo a los ciudadanos estadounidenses. La realidad es que, según un informe de las Academias Nacionales, la inmigración genera nuevos empleos, con mejores salarios, para los nacidos en territorio estadounidense.
*Foto: Noticias, Voz, e Imagen de Oaxaca.
Parece que el presidente de los Estados Unidos se encargó de nublar no sólo la vista, sino también la razón de los ciudadanos a los que representa, pues incluso los estadounidenses que no tienen la preparatoria terminada tienen una ventaja en un trabajo sobre aquellos inmigrantes que apenas y tienen la primaria concluida: el idioma inglés.
Sin el inglés, los inmigrantes podrían suplantar a sus pares estadounidenses en trabajos manuales como el de lavaplatos, pero no podrían desempeñarse en empleos que requieren comunicación con los consumidores y los proveedores.
Pocos son los que quisieran hacer el trabajo, por ejemplo, que realizan los mexicanos en el país del norte. En automático, esas plazas se dan de baja o se ofrecen sueldos un poco más altos a los nacidos en Estados Unidos. Según Academias Nacionales, los restaurantes de Nueva York deben sus trabajos a los inmigrantes con sueldos bajos que lavan los platos y cortan las cebollas.
*Foto: Agroinformación.
Otro estudio realizado por el Instituto de Economía del Trabajo (IZA), indicó que en 1964, cuando terminó el Programa Bracero, que permitía a los productores agrícolas importar trabajadores mexicanos, el cese de mano de obra los perjudicó de manera tal que ni aumentando los salarios de los agricultores estadounidenses pudieron recuperarse de una crisis en la cosecha de algodón o betabel.
Los productores agrícolas prefirieron introducir maquinaria en lugar de pagar salarios más competitivos. Es natural que los trabajadores estadounidenses, al ver que sus sueldos no mejoran y que no hay oportunidades de desarrollo, vean en la inmigración una amenaza más. «La mano de obra barata y su entrada a Estados Unidos sirve para que este país evite los problemas que tienen otras economías que se han estancado como resultado de datos demográficos desfavorables», finalizó Academias Nacionales en su informe.
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