Hace poco menos de dos meses, la explosión de una caldera de una fábrica de ropa de marcas europeas en Bangladesh cobró la vida de 8 trabajadores, mientras que otras 50 personas resultaron heridas. Tras el accidente, salió a la luz que en ese lugar se violaban constantemente, y de diversas maneras, los derechos humanos de los trabajadores, un problema que podría replicarse en las más de 4 mil 500 fábricas textiles del país.
Además de las condiciones inhumanas, la sociedad civil en general acusa a los encargados de “asegurar” y verificar los procedimientos de construcción. Para los dueños, enfocados únicamente de Bangladesh emplea a alrededor de 4 millones de personas, la mayoría de las cuales son mujeres, en sus centros de producción masiva de textiles, quienes reciben un monto de apenas 68 (poco más de mil 200 pesos) al mes.
*Fuente: The Huffington Post.
Para el medio Slate, la madre de una mujer que murió dentro de la fábrica por problemas respiratorios severos —y a la que no le permitieron descansa ni retirarse a su casa a pesar de manifestar su malestar en varias ocasiones— dijo que su yerno tuvo que terminar su trabajo, en otra fábrica cercana, para poder recoger el cuerpo de su esposa, un reflejo de «lo poco que valoran sus vidas».
Otra mujer dijo: «aunque esté en mi lecho de muerte, ellos me pedirán que termine de hacer dos piezas más antes de morir. No somos más que máquinas para ellos».
El detonante de la crisis de sobreexplotación en las fábricas es que Bangladesh es uno de los países donde resulta más barato fabricar ropa, principalmente para al menos 70 marcas europeas comercializadas en todo el mundo. En general, los trabajadores trabajan más de ocho horas al día (a veces más de 12), no cuentan con seguros sociales y mucho menos pueden acceder a servicios de salud o de emergencia dentro de la misma fábrica.
Otro de los problemas es que los empleados son tratados, cada vez con mayor frecuencia, como máquinas que deben completar una cuota medida en piezas, no en horas, así que si no terminan con esa meta, no pueden irse aunque ya hayan superado los minutos que deben pasar ahí. Pero como las leyes laborales no han sido modificadas, no se pueden respaldar con nada ni nadie, únicamente con las no gubernamentales y grupos defensores de derechos humanos que están dispuestos a dar la cara por ellos.
*Fuente: Daily Mail.
De acuerdo con la organización no gubernamental Ropa Limpia, se han hecho mil 589 inspecciones en fábricas y se han detectado más de 100 mil irregularidades, además de que muchas de ellas fueron clasificadas como de “alto riesgo”, pues de acuerdo al informe que presentaron, todas ellas presentan «retrasos en los plazos estipulados para realizar las reparaciones» que les han señalizado y que podrían evitar accidentes como el sucedido en el 2013, cuando se derrumbó una fábrica y murieron más de mil personas y tras el cual se arreciaron las inspecciones.
Sin embargo, únicamente siete fábricas han reparado todas esas situaciones de riesgo y las leyes laborales nacionales todavía no se comparan con los estándares internacionales.