Como si se tratara de una inquieta persecución a un criminal, una noche, las calles menos glamurosas de Los Ángeles se llenaron de fotógrafos y medios de comunicación que buscaban insistentemente capturar lo que sucedía dentro de una peluquería pequeña. La razón por la que los periodistas se habían congregado con tanta premura en el local era la presencia de Britney Spears.
La cantante, quien un día antes había ingresado a rehabilitaicón, alegaba que sus extensiones de cabello le lastimaban y necesitaba que la ayudaran a quitarse ese FUERTE dolor. No obstante, la estilista se negó, ¿cómo iba a cortar el cabello de la señorita Spears con tanto desenfado? Al recibir un no como respuesta, la “Princesa del Pop” tomó por sí misma la rasuradora y la pasó por todo el cráneo lentamente hasta no tener ni un sólo cabello. Lo gozaba y, al mismo tiempo, lo sufría.
Mientras lo hacía se reía y jugaba con cada corte que la máquina realizaba en su cabeza, pero algo se escondía en el interior de su ser y de semejante acción. Esto se traduce a aquello que tú sentiste cuando tu novio te cortó sin motivo o cuando reprobaste tres materias en la universidad; cuando tus padres se divorciaron o cuando creíste estar embarazada de tu ligue de fiesta. Esos momentos en los que más vulnerable te has sentido y que te tienen inmersa en una crisis existencial, sentimental y poco agradable son los mismos que hicieron que Britney Spears se deshiciera de toda su melena a modo de catarsis.
Silencio.
La prensa suele hacer ruido ante cualquier incidente que involucre a un famoso y el caso de la cantante no fue la excepción, pero al mismo tiempo existía un silencio general que evocaba toda la tristeza de Britney, y así la sentíamos. Las fotos de la cantante saliendo de la peluquería con más desconcierto que tranquilidad por lo que había hecho le valieron la burla del mundo entero, en especial de aquellas personas que no lográbamos entender su frustración, pues en el aquel —no tan lejano— 2007, no teníamos una fuerza sobrehumana colgando sobre los hombros, aún no conocíamos el verdadero significado de una crisis existencial y sólo veíamos cabello donde ella visualizaba miedo, tristeza y llanto.
Luego de ese caótico momento, surgieron memes, videos cómicos y todo tipo de burlas para Spears quien, desafortunadamente, no terminó con sus conflictos cuando subió al auto. A dicho altercado le siguió otro en el que atacó a algunos paparazzi que la acechaban para conocer su estado de salud. No obstante, una fúrica, endiablada y arrogante “Britney pelona” se lanzó sobre las camionetas con una sombrilla en la mano logrando causar daños en ellas y claro, pasando a la historia como una de las celebridades capturadas en su peor momento, puesto que la foto de la “Princesa del Pop” de ojos saltones, dientes afilados y rostro salvaje será siempre nuestro primer referente cuando de crisis se trata.
Y como si no fuera suficiente, “Britney Pelona” dio aún más de qué hablar, pues ese mismo año, en los premios MTV, hizo gala de su presencia en el escenario interpretando lo que muchos consideran su peor canción “Gimme More”, la cual fue acompañada por una coreografía bastante pobre, un bikini de lentejuela que evidenciaba sus kilos extra, una peluca rubia mal colocada y claro, un comportamiento extraño que nos hacía pensar que estaba bajo el efecto de drogas duras.
Mismas que consumía con sus nuevas amigas: Paris Hilton y Lindsay Lohan… Pero en realidad, ése era el menor de sus problemas.
En medio de aquel agresivo y cruel año, Britney tocó fondo y luego de esta —innecesaria— crisis existencial, se dieron a conocer otros secretos previos al episodio del cabello. Todos ellos involucraban la parte sentimental de la cantante, como su romance con Justin Timberlake. De hecho, se dice que él es el amor de la vida de Britney, mientras que para el ex N*SYNC sólo fue su primera novia. No más. Lo mismo sucedió con Jason Alexander, con quien tuvo una boda exprés en Las Vegas que culminaría —como era de esperarse— en divorcio.
Sin embargo, el detonante de la crisis existencial fue un chico… ¿te suena familiar?, ¿acaso no has llorado por un amor falso, no correspondido o lleno de baches sentimentales?
Ella también.
Kevin Federline fue el causante de la peor de las historias de Britney. El matrimonio destructivo, el divorcio, la custodia de los niños y hasta los memes son gracias al desamor del que ella fue víctima. Kevin sólo era un manipulador que la hizo cambiar, jugó con sus sentimientos y la llenó de tristeza, incluso el día de su boda. Mientras ella deseaba con todas sus fuerzas tener un casamiento de ensueño, el aspirante a rapero la obligó a una ceremonia llena de bling bling en la que ambos lucieron ropas que hacían alusión a la cultura hopper… El resto de la velada fue lo que él soñó, ella pasó a segundo término.
Así, entre brillos, oro y una decadente vida, Britney se desprendió de él consiguiendo recuperarse lentamente y luego del altercado en las calles de Los Ángeles la ruptura con K y otras crisis familiares (como la custodia de sus hijos y el embarazo prematuro de su hermana menor), logró salir adelante dejando atrás el tropiezo en los MTV, la rasuradora y las fiestas excesivas para seguir en la mira de los paparazzi, pero ya no inmersa en crisis… al menos no tan notorias.
Tal vez hace poco más de 10 años nos burlamos de su rostro, hicimos chistes respecto a la piel expuesta en su cabeza y la imitamos al por mayor; pero ahora, ya sumidas en la vida adulta, las decepciones amorosas y el estrés diario podemos entender a Britney; nos hemos sentido como ella, justo en el momento en el que pasa la rasuradora a través del cabello para ver cómo cae cada mechón, como si eso fuera un problema menos, una carga que liberas para sentirte mucho mejor.
Ahora, con algunos años encima, experiencias de todo tipo y un futuro incierto, todas nos hemos sentido un poco Britney Spears. Con tantas cosas a cuestas es normal querer arrojar la toalla y seguir el camino de la cantante porque el sentimiento es el mismo: lloramos, gritamos y nos “rapamos”. Sí, cada día que pasa nos identificamos más con “Britney Pelona” que con la sexy colegiala que parecía vivir extasiada de felicidad…