La escasez de agua es algo que preocupa a todos alrededor del mundo. “El agua es vida”, dice la frase popular que se ha utilizado para concientizar a las personas sobre cuidar y proteger las reservas acuíferas del planeta y sobre no desperdiciar el agua potable que llega por las tuberías, misma que día tras días fluye en menor cantidad.
¿Qué vamos a hacer cuando nuestras acciones terminen por dejarnos sin agua? El único panorama previsible es el de la catástrofe y muerte que ni siquiera las películas de ciencia ficción futuristas ha sabido reflejar.
¿Qué podemos hacer antes esto? Lo más importante es estar conscientes que el agua potable se está terminando, que el agua es lo que mantiene con vida al planeta y que si no nos preocupamos y realizamos acciones que de verdad ayuden a ahorrarla, estaremos perdidos más pronto de lo que imaginamos.
Incluso debemos reconocer que las personas que tenemos acceso al agua, sin tener que ir a ríos, lagos o grifos alejados, somos muy afortunados, porque existen personas que no cuentan con ese privilegio. Para ellos, la empresa chilena desarrolló una máquina que permite convertir el aire en agua potable, apta para el consumo humano, gracias a que en su interior imita el proceso natural de la formación de nubes que termina con lluvia.
“Buscamos llevar agua de calidad a zonas remotas. El proyecto utiliza tecnología que produce agua del aire, agua atmosférica”, explicó a EFE Héctor Pino, director ejecutivo de FreshWater, empresa que desarrolló este invento. “Lo que hacemos es capturar las micropartículas de agua que se encuentran en la humedad relativa y por principio de condensación, la filtramos para entregar un agua de esta calidad”.
La máquina analiza mediante un software las condiciones ambientales del lugar en el que se instala, debido a que el viento no tiene las mismas características a nivel del mar que en una altura más elevada. Una vez que determina las condiciones del aire, hace los ajustes necesarios para perfeccionar el producto final.
Héctor Pino explicó que el objetivo de su proyecto es entregar agua de calidad a las personas que no pueden acceder a ellas con facilidad o gozan de un agua que puede ser incluso mala para su salud.
En la página web de la empresa se explica que cada máquina puede producir de 9 a 28 litros de agua al día y el costo de producción es de 25 pesos chilenos por litro, es decir, 50 centavos de peso mexicano.
Actualmente el proyecto de FreshWater está implantado en 20 comunidades del norte de Chile, una zona que tiene los mayores problemas del país para conseguir agua, y con la máquina se abastecen de agua potable para consumo 2 mil 400 personas.
“Si en Chile hay 200 mil personas con problemas para acceder al agua, en toda Latinoamérica hay 34 millones”, dijo Héctor Pino, quien manifestó que aunque en un principio la idea era llevar agua al norte de Chile, ahora tienen el objetivo de seguir creciendo y llevar su invento a otras partes que lo necesitan, como El Chaco, una provincia argentina fronteriza con Paraguay, que aunque tiene selva no tiene agua para tomar.
Además ya están trabajando con la cancillería colombiana para implantar el sistema en La Guajira, una región en el norte de Colombia, donde también se tienen problemas serios de abastecimiento de agua.
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