Las tarjetas de Rafa Márquez están congeladas, sus negocios fueron clausurados y las marcas que lo patrocinaban esfumaron su publicidad. La Oficina de Controla de Bines de Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC por sus siglas en inglés), le cayó al futbolista por actuar como prestanombres y operador financiero, a través de nueve de sus empresas, de Raúl Flores, un narco mexicano con nexos con el Cártel de Jalisco.
Nueve de las empresas de Márquez quedaron plasmadas en el Acta de Designaciones de Activos Extranjeros vinculados con el narcotráfico (Kingpin Act), entre las que destaca el Centro Infantil Rafa Márquez, la Escuela de Fútbol Rafael Márquez, Asociación Civil y Fútbol y Corazón AC.
En el caso de la primera empresa, las puertas de sus instalaciones, localizadas en una de las colonias más marginadas del municipio El Salto, Jalisco, cerraron desde el fin de semana y de forma indefinida. No hay personal y ahora las personas se preguntan en dónde comerán y entrenarán los niños que se alimentaban en esos comedores diariamente.
En total, alrededor de 100 niños, pertenecientes a 200 familias que viven en esa zona marginada, de pobreza y en un estado de “vulnerabilidad” . En promedio, cada año se atienden ahí a 800 niños.
De acuerdo con Milenio, «muchos niños necesitan del apoyo de los maestros, del comedor, que es muy buena ayuda para ellos, les dan toda la comida, frutas y verduras». Además los menores también podían recibir clases de computación, inglés, danza, música y fútbol.
Para el diario mexicano, Sonia Báez, una de las veinte voluntarias que trabajaban hasta el pasado viernes en el Centro Infantil, dice que está preocupada no sólo por sus hijos sino también por ella, pues recibía una despensa mensual con la que podía cubrir “sus necesidades básicas”.
Tanto para ella como para el resto de las familias de la colonia El Terreno, el cambio resulta drástico y ahora todos están buscando alternativas para ver qué pueden hacer por los niños. Ahora, se encuentra en la cuerda floja, pues si las autoridades estadounidenses lo acusan formalmente por lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico, podría ser condenado hasta a 30 años de prisión.