El pintor, escultor y galerista español Fausto Velázquez lleva varios meses trabajando en una serie de 30 retratos de la pintora mexicana Frida Kalho, en un particular homenaje en el que el artista se interesa más por la personalidad y el carácter del personaje que por su obra artística. Y es que Frida fue una mujer dedicada en cuerpo y alma a sufrir, ya sea por el amor de su Diego o por la imposibilidad de tener en sus entrañas la palpitación de una futura vida.
Óleos sobre tela en dimensiones de hasta un metro serán montados primero en Sevilla y después en la capital mexicana. El artista español dijo que decidió enfocarse en ella como personaje por lo mucho que significó para la liberación de la mujer; fue una mujer libre, tuvo amantes de ambos sexos y, aunque amó a su marido (el pintor mexicano Diego Rivera), nunca fue una esclava de ese amor.
Fausto Velázquez dijo no ser partidario de la pintura de Kahlo porque la ve “demasiado torturada”, pues “toda su vida estuvo marcada por los padecimientos que le dejó el accidente que sufrió de joven; su vida fue de supervivencia, ayudada por la morfina”.
Velázquez señaló que concluirá la creación de los óleos en, aproximadamente, un año, y a través de ellos intentará desentrañar el carácter de la artista mexicana, pues recuerda como prueba del carácter y de la acusada personalidad de la artista que, seis días antes de su fallecimiento, Frida se hizo trasladar en su lecho para inaugurar una exposición de sus cuadros.