Ian Duncan Stewart, mejor conocido como Ian Brady, fue el hombre más odiado de Inglaterra hasta sus últimos días; su fama se debe al asesinato en serie de cinco menores de edad en complicidad con su pareja Myra Hindley entre 1963 a 1965. Cuando era pequeño, su madre, Margaret “Peggy” Stewart lo dio en adopción a la familia Sloane. Ian tenía ataques de rabia, un comportamiento extraño, se golpeaba constantemente en la cabeza con la pared y ningún niño de su edad en toda Escocia lo quería como amigo.
Los Sloane no pudieron con esa condición, por lo tanto su madre biológica tuvo que recibirlo de nuevo para mudarse a Mánchester; con los años Ian tuvo un gran acercamiento literario con la ideología nazi, el Marqués de Sade, Nietzsche y apoyaba toda obra que defendiera que los fuertes deben imponerse ante los débiles. Cuando era adolescente los delitos eran parte de su día a día, a tal grado de pagar una condena en su adolescencia por dos años. En su estancia en la prisión de Strageways estudió contabilidad con la visión de convertirse en un gran criminal, consiguiendo dinero y dando giros ilegales en el pago de impuestos.
Fue hasta 1960 cuando conoció al amor de su vida, cómplice y confidente, Myra Hindley, ellos tenían practicas sexuales sadomasoquistas e incluso planearon robos de bancos; Ian sólo tenía ganas de satisfacer sus impulsos más bajos: secuestrar, violar y asesinar a pequeños niños inocentes. El caso de la pareja fue revelado en 1965, cuando la prensa los bautizó con el nombre de Moors Murderers o Los Asesinos del Páramo, debido a que todas sus víctimas las mataron y sepultaron en la pradera de Saddlewoth en el condado metropolitano de Gran Mánchester al noroeste de Inglaterra.
La primera en morir fue la pequeña Pauline Reade en un 12 de julio de 1963, la niña fue engañada por esos desconocidos que la llevaron hasta la pradera, posteriormente Ian la violó y mató sin dejar rastro. La segunda víctima fue John Kilbride de 12 años, un 23 de noviembre de 1963 Myra lo engaña llevándolo al mismo lugar en el bosque. Al llegar Ian esperaba a su presa para abusar sexualmente, pero cuando su arma se atascó, lo ahorcó hasta su muerte.
La tercera víctima fue la pequeña Keith Bennet, con apenas 12 años perdió la vida el 16 de junio de 1964, fue llevaba a la misma pradera donde fue violada y estrangulada al mismo tiempo, pero su cuerpo nunca fue encontrado. Para la cuarta ocasión, los Brady secuestraron a Lesley Ann Downey de apenas 10 años cuando estaba en un parque de diversiones, a ella le dieron un trato diferente, la fotografiaron nueve veces desnuda, grabaron el momento de su violación y la enterraron en el mismo lugar que a los demás, guardando la evidencia como un premio. Finalmente, el 6 de octubre de 1965, Ian y Myra querían tener a dos invitados, el adolescente de 17 años Edward Evans y el cuñado de Myra, David Smith, un espectador daría un toque de mayor placer a sus actos sexuales pero el invitado se sorprendió cuando Ian le cortó la cabeza al joven Evans de un hachazo después de la violación.
David ayudó a mover el cadáver, pero inventó una excusa para salir de la escena, posteriormente llamó a la policía y la noticia conmovió a toda Inglaterra. La condena para la pareja fue de cadena perpetua mediante la evidencia de las fotografías y grabaciones que tenían en su hogar. La propia prensa inglesa llamó a Ian como “el criminal en serie más despiadado del Reino Unido”.
El pasado 16 de mayo del presente año él falleció a sus 79 años de edad por cáncer y enfisema en un hospital psiquiátrico de máxima seguridad en Liverpool donde pasó 19 años diagnosticado por desorden de personalidad egomaníaca. Su muerte deja sin resolver la duda de dónde sepultó el cuerpo de la niña Keith, cuya madre Winnie Johnson murió en 2012 buscando por décadas a su hija para proporcionarle un entierro cristiano, pero no logró nada.
La policía persuadió al homicida para revelar el paradero del cuerpo, pero éste se negó, a tal grado de iniciar una huelga de hambre hace 17 años, la justicia le colocó una sonda gástrica y lo encadenó para que no muriera por inanición, pero su abogado Robin Makin interpuso una demanda por dichos actos como ilegales para su cliente.
En entrevista con el programa de radio Today, Makin aseguró de Ian no hablaba mucho, por lo tanto no existía mucha información que fuera de ayuda. El peor homicida en la historia británica se llevó sus secretos a la tumba.
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