La ayahuasca, planta medicinal psicoactiva originaria de la selva amazónica de Brasil y Perú se ha convertido en una droga trending, popular sobre todo entre los millenials y jóvenes.
Es la droga “vegetariana” y responde a la moda impuesta en un momento específico. Pero sus bondades van más allá del trip psicodélico según un estudio en etnobotánica que plantea un nuevo uso: podría combatir adicciones y tratar la depresión.
El hallazgo más significativo es que los estudios hechos en humanos y animales sugieren que los alcaloides (compuestos orgánicos que tienen efectos fisiológicos) presentes en la planta, tienen propiedades que contrarrestan la ansiedad y las adicciones.
En concreto, los análisis observacionales revelaron que los miembros de las religiones que emplean ayahuasca como sustancia sagrada, tales como la Santo Daime y la União do Vegetal, lograron recuperarse de padecimientos como depresión, ansiedad y adicción a drogas como el alcohol y la cocaína.
Estos resultados fueron publicados en la Revista Brasileña de Psiquiatría y hacen un repaso por la literatura científica disponible que haya estudiado los efectos ansiolíticos y antidepresivos de la ayahuasca.
Rafael Guimarães dos Santos, especialista en etnobotánica de la Universidad de São Paulo, planteó en un artículo publicado en The Conversation, que con el contexto de un grupo de científicos brasileños que intentan hacer las primeras pruebas clínicas del mundo con ayahuasca, podría ser un tratamiento para el desorden depresivo.
Las pruebas se basan en el concepto milenario que se tiene de la planta: los indígenas del Amazonas no sólo la emplean para contactar el mundo sobrenatural, los vegetalistas estudian sus propiedades medicinales y la emplean como método curativo.
Esta premisa fue extraída de una investigación publicada en la Biblioteca Pública de Ciencia, que estudió las psicopatologías presentes en los usuarios de ayahuasca.
Las conclusiones revelaron que el consumo de ayahuasca a largo plazo no tiene impactos negativos en la salud mental: ni en la personalidad ni en el bienestar psicosocial. Y lo más relevante: los usuarios presentaron una menor presencia de síntomas psicopatológicos y obtuvieron mejores resultados en exámenes neuropsicológicos, además de lograr adaptarse socialmente más rápido.
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