Muchas políticas que apuntan a la inclusión del negocio de la marihuana en el comercio nacional han probado tener dos beneficios primordiales: la disminución de su comercialización en el mercado negro, es decir, quitarle el negocio al narcotráfico, y las ganancias recibidas tomando siempre en cuenta que es un negocio rentable tanto para el sector privado como para el público.
Podemos tomar los ejemplos de países que ya legalizaron la hierba para darnos cuenta de los beneficios económicos que podría disfrutar nuestro país.
En Uruguay, por ejemplo, el Estado administra y provee la producción cannabis en farmacias tanto públicas como privadas, con lo que se redujo casi en su totalidad el narcomenudeo nacional. Mientras que en Holanda, de acuerdo con un análisis del Marihuana Policy Group, las tasas de adicción a las drogas más fuertes como la cocaína o el éxtasis mantienen las cifras más bajas en toda Europa.
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En Colorado, la industria cannábica generó 18 mil empleos de tiempo completo y permanentes generando ingresos de casi 2 mil 400 millones de dólares tan sólo en impuestos en 2015, reveló el grupo de análisis de la economía en torno a la marihuana.
El caso más exitoso es el de California, que se ha convertido en el mercado marihuanero más grande el mundo. Sus ganancias exceden las obtenidas por productores en Colorado o Washington. Según The New Yok Times, las ventas de marihuana medicinal llegaron a 2700 millones de dólares entre 2015 y 2016, pero ¿cuánto podría recaudar México con su despenalización?
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El 28 de abril, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría el uso medicinal del cannabis para también reformar la Ley general de salud y el código penal federal en la materia, que obliga a un rediseño y habilitación de políticas públicas que guíen la investigación científica para su producción.
Despenalización en México, ¿solución a problemas de económicos y de seguridad?
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, si la marihuana es despenalizada no sólo para uso medicinal, sino para el recreativo, se reduciría el 50 por ciento de las ganancias del narcotráfico. Sin embargo, los grupos parlamentarios conservadores del poder legislativo mexicano, en alianza con la Iglesia católica, argumentan que la legalización es anticonstitucional ya que el Estado debe garantizar la “salud” de los mexicanos.
*Foto: Minuto 30
Por ejemplo, de acuerdo con Secretaría de Hacienda, los ingresos petroleros disminuyeron progresivamente entre 2009 y 2015 (sin tomar en cuenta los índices de corrupción), pero el monto que más aumentó fue el impuesto a las bebidas alcohólicas, lo que incrementó los ingresos hasta en un 141 por ciento, mientras que el tabaco recaudó 67.5 por ciento. Si la marihuana es despenalizada, entonces, los ingresos podrían registrarse en porcentajes similares tanto para el sector privado como el público.
Marihuana en números
En 2014, la ONU contabilizó 183 millones de consumidores alrededor del mundo, por lo que es la droga más consumida seguida de la metanfetamina. El 4.7 por ciento de esos 183 millones, son mexicanos, es decir 8.6 millones o el 6.7 por ciento de la población nacional o más específico, el 97por ciento de los habitantes de la Ciudad de México.
Las personas de entre 12 y 65 años de los estados de Baja California sur y norte, Sonora y Sinaloa; son los de mayor consumo a nivel nacional, según cifras de la Encuesta Nacional de Adicciones (2011).
Sin duda la ‘maría’ fue la droga más barata en el país donde en 2016 se vendió arriba de los mil 400 pesos por kilogramo, según la PGR. Los mexicanos consumen 146.5 días al año, según el Global Drug Survey. En promedio, cada mexicano consume entre 50 y 500 miligramos por 12 días al mes. De un gramo, un consumidor puede hacerse 2.7 ‘porros’ en promedio.
*Foto: marihuana archives
Esto quiere decir que si fuera despenalizada y se le añadiera un impuesto similar al del tabaco, se podría recaudar 61 millones de pesos al mes, 737.7 millones anuales.
Con el dinero recaudado por la despenalización de la marihuana, se podría invertir al fomento de la prevención del delito, inversión a salud pública, inversión al programa de educación nacional y en comunidades indígenas. El problema es cuidar el ingreso de la corrupción y del conflicto de interés que sufren nuestros recursos públicos.