Piensa en el típico estereotipo de la chica estadounidense: seguro a tu mente vino la imagen de una joven rubia, alta y quizá con un poco de curvas, tal como era Marilyn Monroe.
La estrella de Hollywood era el epítome de la belleza en los años 50 y 60, pero aunque no lo creas, tenía raíces latinas. Más concretamente, mexicanas. ¿Cómo es posible? Pues resulta que su madre nació en el norte de México y Marilyn lo mantuvo en secreto.
Pero su relación con México va más allá de los orígenes de su madre. Norma Jean, el verdadero nombre de Marilyn, tenía un amor especial por nuestro país.
Solía visitar la bahía de Acapulco, un lugar para el jet set en los años 50 y 60 y hasta gustaba de usar blusas y suéteres típicos mexicanos. Sigue leyendo para conocer los detalles de las raíces mexicanas de Marilyn Monroe.
La madre de Marilyn era mexicana
Probablemente el nombre de Gladys Pearl Baker no te diga nada, pero de hecho, fue la madre de Marilyn.
Era hija de Otis Elmer Monroe y Della Mae Hogan, quienes después de una serie de sequías en la década de 1890 en el Medio Oeste de Estados Unidos, emigraron al norte de México para establecerse en su granja y un nuevo estilo de vida. Algo bastante común a finales de 1890 y principios de 1900.
La familia adoptó la tradición vaquera mexicana de Piedras Negras, Coahuila, donde la familia Monroe prosperó. Para 1902, nació Gladys Pearl y tres años después, llegó su hermana Marion. Ambas niñas crecieron plenamente inmersas en la cultura regional fronteriza y las dos hablaban con fluidez el inglés y el español.
Años más tarde, Gladys se trasladó a California, donde conoció a John Newton Baker y tuvo tres hijos: Norma Jeane, Robert (que falleció a temprana edad) y Berniece, a quien Marilyn conoció de adulta, ya que la actriz fue dejada en un orfanato desde temprana edad debido a la violencia doméstica y a problemas de salud mental por parte de su madre.
Marilyn Monroe ocultó sus raíces latinas
Justo antes de que Marilyn se convirtiera en la estrella de Hollywood que conocemos, los ejecutivos de los estudios le pidieron que cambiara su nombre por otro más memorable, por lo que se deshizo (al menos públicamente) del Norma Jeane Barker y adoptó el apellido de soltera Monroe de su madre.
Pero también mantuvo en secreto sus raíces mexicanas argumentando incluso que era huérfana.
Empresarios y productores de la época le pidieron que fingiera que no sabía hablar español pues la fantasía de la perfecta chica californiana podría arruinarse.
No fue hasta 1955, después de que su carrera alcanzara el éxito, cuando decidió formar su propia compañía, Marilyn Monroe Productions, y tomar el control total de su carrera. Fue entonces cuando decidió abrazar abiertamente su herencia mexicana.
La relación de Marilyn con México
Desde que se independizó y comenzó a trabajar bajo su productora, viajó con frecuencia a Baja California y a Ciudad Juárez, una ciudad fronteriza en el norteño estado de Chihuahua donde disfrutó de fiestas al lado de Frank Sinatra y Dean Martin durante la época de la Ley Seca.
En 1962, Marilyn visitó Ciudad de México y el set de Luis Buñuel de “El Ángel Exterminador”, donde conoció a Silvia Pinal, una reconocida actriz mexicana. Marilyn también conoció a Emilio “El Indio” Fernández, otro renombrado actor mexicano, comió auténticos tacos al pastor e incluso visitó las pirámides de Teotihuacán.
También empezó a responder a preguntas en español e incluso se vistió con trajes tradicionales mexicanos.
Algunos se preguntan si, de no haber muerto en 1962 a los 36 años, Marilyn Monroe habría hecho públicas sus raíces latinas y abrazado su identidad mexicana.
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