Con más de mil diferentes especímenes de plantas, de más de 400 géneros y de alrededor de 100 familias, agrupados en 19 colecciones, el Jardín Botánico de Culiacán es uno de los más importantes en México, ya que se alberga la colección más grande de palmas de todo el mundo, y la filosofía de diseño del paisaje se basa en un equilibrio entre la importancia de las especies que se conservan, la calidad de los ejemplares que se exhiben y su integración en un despliegue ornamental que potencializa su belleza.
Diseñado por la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, este jardín es operado y administrado por la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa I.A.P, una institución de asistencia privada sin fines de lucro, que promueve la protección y conservación de la flora y fauna de nuestra región, así como la generación de espacios verdes para mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad.
El Jardín Botánico Culiacán es un espacio público de 10 hectáreas cuyas principales funciones son la conservación de especies botánicas, la investigación científica, la educación ambiental y la promoción cultural. Para este proyecto, Tatiana abandonó toda estructura clásica, pues por el crecimiento de los especímenes, la arquitecta logró reconciliar la naturaleza con el orden arquitectónico. La traza de sus caminos y sus estructuras de servicio público tuvieron que ser hechas de manera que sortearan el crecimiento casi anárquico de la naturaleza.
Las estructuras se pensaron como si fueran parte del mismo paisaje; 16 edificios que pudieran relacionarse con la naturaleza por medio de su forma tectónica y materializados de concreto aparente y en cuyo interior se realizan diferentes actividades de investigación y culturales.
Tatiana logró hacer del Jardín Botánico es un espacio público a manera de museo abierto donde los usuarios tienen contacto directo y sin ningún tipo de restricción con las piezas y edificios. Esta construcción se ha convertido en un ícono en Culiacán, un punto de referencia y ese espacio que figura como la recomposicion de la identidad y el tejido social.
Ayer se anunció que la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao recibió en París uno de los cinco Premios Global de Arquitectura Sostenible, que celebran a los mejores profesionales del sector comprometidos con el desarrollo respetuoso del medio ambiente. Estos premios fueron creados en 2007 por la Cité de l’Architecture et du Patrimoine de París, con el impulso de la profesora alemana Jana Revedi, colaboradora de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), organismo que apadrina el evento
Además del Jardín Botánico de Culiacán, en la trayectoria Bilbao destacan construcciones como la sede del Instituto Tecnológico de Monterrey, en esa misma ciudad, donde creó espacios que todo aquel que lo desee puede utilizar para montar una exposición. Sobre el nombre del premio, Tatiana cree que añadir el adjetivo “sostenible” a la arquitectura es “redundante”, pues ya está “implícito” en una disciplina que estima que debe actuar siempre con responsabilidad social, pues la arquitectura es un reflejo del tiempo.