Uno de los mayores estereotipos de los mexicanos en el mundo del cine es que somos holgazanes o de plano, que nada más podemos entrar a Estados Unidos de manera ilegal, un pensamiento que se sustenta en muchas películas.El doctor César Villanueva analiza el fenómeno de la “Mexofobia” desde sus implicaciones fílmicas, pero también de cómo ven la violencia en nuestro país desde el exterior, es decir, en el resto del mundo.El coordinador de la Licenciatura de Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana, expuso lo irónico que resulta –aunque a veces muy en serio-, que dentro del cine hollywoodense es común muestren a los personajes latinos con cierto aire de desprecio.A su vez, sin perder la oportunidad de atacarlos para mostrar que somos ignorantes, mientras que el estadounidense, por ejemplo, es poderoso e influyente. Un claro ejemplo de su visión estará en la nueva película que protagoniza la mexicana Salma Hayek, “Beatriz at Dinner”.El doctor Villanueva describe una de las escenas con un personaje que conversa con Hayek, quien es un millonario conservador estadounidense, que no se cansa de cuestionarla en un tono inquisidor.Ello representa la carga antimexicana que bien explicaría el triunfo de Donald Trump el pasado noviembre y que lo llevó a la Casa Blanca. Para el internacionalista, se trata del inicio abierto de la guerra de símbolos que enmarca a la “Mexofobia”.También consiste en chistes de mal gusto que ironizan los rasgos de los mexicanos, roles sociales de figuras secundarias e insignificantes, de clara ignorancia, peligrosos y con un estilo para hablar muy marcado, así como una pronunciación del inglés deficiente.Además, en su análisis lamenta que algunos medios de comunicación validan los ataques a la reputación e imagen de México y los mexicanos, con frases que se ratificaron en encabezados de los diarios más importantes del mundo.Basta recordar palabras de catástrofes como “el efecto tequila”, “la gripe mexicana”, “el Estado fallido mexicano”, “la cuna del narcotráfico”, “territorio de bad hombres” y ahora, la más reciente, “México, el segundo país más violento del mundo, después de Siria”.Para el doctor, estas ideas son argumentos con una cargada intención negativa, con estereotipos que reflejan una realidad distorsionada e incomprendida; todo desemboca en un juego de una relación peligrosa no nada más con Estados Unidos, sino con el resto del mundo.***
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