Un nuevo estudio hecho por investigadores de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) advirtió que ha habido un aumento en la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor en el desierto del suroeste de los Estados Unidos, algo que está poniendo a las aves canoras en mayor riesgo de muerte por deshidratación.Los investigadores usaron mapas horarios de temperatura y otros datos producidos por el Sistema Norteamericano de Asimilación de Datos Terrestres (NLDAS por sus siglas en inglés), junto con datos fisiológicos para investigar las tasas de pérdida de agua por evaporación en respuesta a las altas temperaturas.
Los resultados arrojaron que las temperaturas variaban entre cinco especies de aves con diferentes masas corporales. Usando estos datos, los científicos fueron capaces de mapear los efectos potenciales de las olas de calor actuales y futuras sobre el riesgo de deshidratación letal para las aves canoras y la rapidez con que puede ocurrir la deshidratación en cada especie.
Los investigadores se han enfocado en el estudio de cinco especies de pájaros cantores que por lo general se encuentran en el suroeste del desierto, como son el goldfinch, el pinzón de casa, el wren de cactus, el towhee de Albert y la Toxostoma curvirostre.El análisis ha llevado a los especialistas a hacer un seguimiento de los nuevos comportamientos del clima que han permitido detectar variaciones nunca antes presentadas y que derivan en lluvias, vientos y calores marcados.
Las condiciones proyectadas hacen prever un aumento de hasta 4º C en algunas áreas desérticas, cuyos escenarios hacen prever un calor que se extenderá más allá del verano, y se convertirá en un factor letal para las cinco especies mencionadas.“Lo que ocurre es a unos 40 grados centígrados, estos pájaros cantores comienzan a jadear, lo que aumenta la tasa de pérdida de agua muy rápidamente. La mayoría de los animales sólo pueden tolerar pérdidas de agua que dan lugar a una pérdida de 15 o 20 por ciento de la masa corporal antes de morir. Así que un animal que experimenta temperaturas máximas durante un caluroso día de verano, sin acceso al agua, no va a hacer más de unas pocas horas”, explicó el coautor de la investigación Alexander Gerson, profesor asistente de biología en la Universidad de Massachusetts-Amherst.
La investigación forma parte de un esfuerzo global entre investigadores de los Estados Unidos, Sudáfrica y Australia para comprender mejor las respuestas fisiológicas de las aves a las temperaturas crecientes, con el objetivo de ampliar la comprensión de cómo el aumento de las temperaturas afectará a los individuos, las poblaciones y la comunidad estructura.
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