Esperó durante un mes, paradita o merodeando, en el aeropuerto de Bucaramanga, Colombia, a que volvieran sus dueños; nunca volvieron y se murió de tristeza. Parece mentira pero no lo es, es la historia de Nube Viajera, una perrita criolla de más o menos dos años que desde hace un mes se podía ver caminando perdida cerca del aeropuerto al sur de Colombia.
Los trabajadores y veterinarios del barrio sostienen la sospecha de que fue abandonada, pues aunque no tenía collar, por su estado físico y comportamiento familiar con los humanos y su instinto de supervivencia básico, se deduce que antes nunca vivió en la calle.
Nube Viajera una hora antes de morir. (Fuente: Facebook)
La perra recorrió las terminales del aeropuerto desde octubre, y con simpatía algunos trabajadores la alimentaron por días, hasta que ella decidió dejar de comer, se echó en un rincón a esperar, y finalmente, después de dos días en ese estado de ánimo, murió a pesar del tratamiento veterinario que le dieron para salvarle la vida.
Según su evaluación general de salud los últimos días, Nube no pasaba de los dos años y su estado físico no estaba deteriorado por alguna enfermedad o maltrato, y sus signos vitales eran regulares, por eso se atañe su muerte a una profunda tristeza y ansiedad —siempre estaba olfateando y corriendo como si buscara a alguien— 🙁
Por tristeza, se aisló y decidió no comer más. (Fuente: Facebook)
Por desgracia, su historia no es la única. Ya antes los japoneses tuvieron a Hachiko, un perro de raza akita que esperó el regreso de su dueño —muerto— por nueve años en Shibuya. Y así, la de muchos perritos anónimos que padecen la calle y encuentran la muerte después de ser abandonados por sus dueños.
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