Dicen que las personas más creativas son aquellas que incluyen el desorden en su forma de vida. A mediados de agosto de este año, Andrea Aguilar, reportera del diario español El País, aseguró, a través de una investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Minnesota, que el desorden favorece la mente de aquellas personas que son altamente creativas.
Casualmente, aquel estudio fue realizado a 155 personas, el mismo número de individuos que fueron invitados a participar en un análisis psicológico por parte de científicos de universidades de Australia y de Países Bajos, para descubrir cuál tipo de música ayuda a tener un pensamiento creativo.
Después de realizar una prueba a estas personas, los estudiosos revelaron que la música alegre alimenta la creatividad y genera mayores soluciones a distintos conflictos que escuchar melodías tristes o melancólicas.
*Foto: El Universal.
La revista Plos One fue la encargada de publicar este estudio encabezado por Simone Ritter, de la Universidad Radboud de los Países Bajos, junto a Sam Ferguson, de la Universidad de la Tecnología de Sidney. En la investigación, dividieron a los participantes en cuatro grupos experimentales.
A cada uno de estos grupos, se les proporcionaron audífonos con distintos tipos de música: alegre, tranquila, triste y ansiosa. Al que llamaron grupo de control, se le conminó escuchar el silencio. Al momento de comenzar la música, los científicos indicaban a los participantes que realizaran actividades cognitivas que pusieran a prueba su pensamiento creativo.
A aquellos que presentaron soluciones más originales y útiles, se les dio una puntuación mayor de creatividad divergente, mientras que a los que presentaron una mejor solución, sin meter tanto la creatividad sino la razón, se les dio mayor puntuación en la creatividad convergente.
*Foto: El Universal.
Fue así que los investigadores descubrieron que la música alegre fomentaba un pensamiento creativo más divergente en comparación con el silencio. Las personas que escucharon ese tipo de melodías, aumentaron la flexibilidad de pensamiento, algo que no sucedió con las personas que escucharon otro tipo de música o con aquellos que escucharon simplemente el silencio.
Aseguraron que «este estudio, demuestra cómo la creatividad puede mejorar con la música», y que los ambientes externos pueden influenciar el pensamiento a la hora de presentar soluciones a un problema que puede ser fácil, pero que, sin las melodías alegres, no tendría respuestas favorables tan inmediatas.
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