Sabía que tenía que huir lo más pronto posible. Los rumores sobre las invasiones de los terroristas del Ejército de Liberación Nacional en Colombia (ELN), a las casas en donde hubiera menores de edad, eran fuertes.
Eran poco más de las dos de la tarde cuando salió por la puerta trasera de su casa. Estaba convencido de no querer ser parte de los reclutados por el grupo terrorista ELN y la única manera de no hacerlo era huyendo de su propio hogar.
Dejó atrás a su familia y caminó sin rumbo durante cinco horas hasta que en su trayecto encontró una estación de policía en donde pidió ayuda a las autoridades para rescatarlo de no ser una víctima más de los reclutamientos ilegales de menores de edad en Colombia.
*Foto: Infobae.
El pequeño llegó con sed y con hambre, pero eso lo dejó de lado al solicitar la protección a las autoridades de Tibú, en Norte de Santander, en Colombia. La guerrilla llegó a su poblado en donde arrebataban de sus brazos a los menores que como él, eran reclutados a la fuerza.
Según las investigaciones de los medios de comunicación locales, dos hombres vestidos de civil entraron por la fuerza a la casa del menor con intenciones de llevárselo. Al escuchar que iban armados y que les gritaban a sus padres que se los entregaran porque el plazo de retención había vencido, el pequeño salió de su casa para huir lo más rápido que sus cortos pasos se lo permitieran.
«Al momento de llegar a la estación, se llamó de manera inmediata a los funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar», indicó la policía a través de un comunicado. «El objetivo es restablecer los derechos del menor y dejarlo en custodia permanente por parte de esta entidad, en donde se le brindará apoyo psicológico»
*Foto: 24 Web.
Aunque sea más en zonas rurales en donde opera el Ejército de Liberación Nacional, el reclutamiento de menores de edad se convirtió poco a poco en parte de la vida cotidiana de los pobladores. Las amenazas y la extorsión en contra de los ciudadanos para que entreguen a sus hijos se volvieron recurrentes, tanto así que les daban plazos para que los cedieran al ELN.
Aunque las autoridades establezcan una pena de hasta nueve años por reclutar de manera ilegal a un menor de edad, las cifras de niños que son prácticamente secuestrados aumentan considerablemente con el paso de los años.
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