Tristeza, maltratos y carencias eran el día a día para el pequeño John, un niño que era severamente maltratado por sus padres hasta que un “ángel guardián” llegó a su vida para darle un giro de 180 grados.John tenía sólo ocho años cuando Jody Thompson, un policía del pequeño pueblo de Poteau en Oklahoma, Estados Unidos, se cruzó en su vida hace poco más de dos años.Todo comenzó cuando Jody terminó su jornada y se dirigía a encontrarse con su compañero, pero de un momento a otro recibió una llamada de servicio por un caso de maltrato infantil.
El oficial Thompson ya tenía experiencia en ese tipo de casos. Tras llegar al domicilio, el policía encontró a John quien había sido maltratado y se encontraba muy delgado, lleno de moretones y con un enorme chichón en la frente. Según ha explicado el agente a medios, el pequeño estaba maniatado dentro de un cubo de agua fría.”No tenía ni un solo centímetro de su cuerpo sin moretones o heridas. Fue el peor caso que había visto jamás”, aseguró el agente en una entrevista a medios de comunicación. “Cuando le vi, temblando, solo en aquella casa, y helado hasta en lo más hondo de su cuerpo, supe que el único lugar en el que estaría a salvo sería conmigo”.Al día siguiente, muy afectado por lo que había presenciado, el agente, que era padre de otros dos niños, decidió presentar una solicitud para acoger al menor. Dos días más tarde, el pequeño llegó a su casa para dar inicio a una nueva relación familiar.Pero la historia no termina ahí, pues después del gesto de adoptar al menor después de que ambos progenitores renunciaran a sus derechos como padres, los servicios sociales llamaron a Thompson para informarle que, mientras estaba en prisión, la madre biológica de John había dado a luz a un bebé.Sin dudarlo, los Thompson decidieron acogerla a ella también y dar inicio a los trámites de adopción de ambos menores.”Jamás me había planteado tener una familia tan grande, pero Dios tenía para mí otros planes. Adoro todo lo que me está pasando”, aseguró el policía a medios estadounidenses.
El pequeño John nunca imaginó que la vida podía sonreírle después de lo que había sufrido, pero después de conocer a Jody Thompson ahora tiene a alguien que lo cuida y puede llamar “papá”.
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