Cuando Paula recibió un mensaje de WhatsApp, un video de ella teniendo relaciones con su expareja sentimental, que también había sido publicado en una página pornográfica de contenido “amateur”, no pudo más que sentirse humillada, vulnerada, atacada y denigrada por completo.
Aunque ella sabía que estaba siendo grabada, jamás dio consentimiento para que ese contenido saliera a la luz, por lo que no hay justificación para que transgredieran su intimidad absolutamente.
«Fue muy doloroso saber que varias personas estaban viendo un video íntimo, fue algo difícil de asimilar. Me sentí atacada no sólo por hombres, también por otras mujeres».
Paula, quien difundió su testimonio en un video del medio colombiano La Vanguardia, dice que las personas piensan que es un chiste, que se puede jugar con la intimidad de una persona, pero en realidad, difundir ese tipo de contenidos ES UN DELITO. Se llama “pornovenganza” y es castigado con cárcel en varias naciones latinoamericanas.
La “pornovenganza” hace referencia a la publicación de contenido sexual (videos o fotografías) de cualquier persona en Internet sin su consentimiento. *Foto: Diario 26
En México, por ejemplo, ya se castiga en el estado de Jalisco con hasta 12 años de cárcel y en la Ciudad de México, la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México busca tipificar el delito con penas de entre 3 y 5 años, y hasta dos mil días de multa.
La “pornovenganza” hace referencia a la publicación de contenido sexual (videos o fotografías) de cualquier persona en Internet sin su consentimiento, para causarle algún tipo de daño como “vergüenza, angustia o dolor”, según apunta la iniciativa presentada por la diputada local Abril Trujillo, del Partido Encuentro Social (PES).
«Es muy duro, es algo doloroso, pero hay que hacerle frente a estas cosas porque lo que quiso esa persona que difundió el video era que yo me ocultara, que me sintiera mal, que me sintiera desprotegida. No hay palabras para describir cómo me sentí», recuerda Paula.
Y es que ese tipo de violaciones a los datos personales y a la intimidad son más comunes de lo que pensamos. Paula afirma que, de hecho, a todos les puede pasar, pues en un «momento de enamoramiento, de amor, se deja grabar por su pareja» y en otro momento, le roban el celular y su imagen termina en todos lados, rondando por la red como cualquier otro contenido sexual.
En la CDMX, la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México busca tipificar el delito. *Foto: Jóvenes Hacen Política
La abogada de Paula dijo para La Vanguardia que es en esos momentos cuando todos se deberían preguntar quién es el titular o el dueño de la imagen o del video.
«¿La persona que lo filmó? ¿El usuario al que le llegó a su cuenta de correo, por ejemplo? ¿O la persona con la que se vincula el video, es decir, quien fue filmada? La respuesta es la última, es aquella persona con la cual se vincula el material o a quien se perjudica con la difusión y publicación del mismo».
Por su parte, Trujillo explicó durante la presentación de la iniciativa —que modificaría el Código Penal Federal— que obligaría a las empresas de redes sociales a bloquear y dar a las autoridades la información relacionada con la comisión del delito.
Podría interesarte:
Qué dice de ti el porno que buscas en Internet
¿Cómo afecta el porno a tu cerebro?
Policía australiana maneja sitio web de pornografía infantil para detener pederastas