*Nota del editor: el artículo fue originalmente escrito por Ernesto Santillán y fue actualizado al 2020.
Las denuncias hechas por la veterinaria Karmele Llano en 2014, donde dio a conocer que el uso de orangutanes hembras con fines de prostitución en algunos países de Asia como Tailandia y Borneo es una práctica común, impresionó a millones de personas pero no logró erradicar la actividad.
La portavoz de la Fundación Altarriba, Matilde de Figueroa, confirma la denuncia de Karmele.
“Por lo que sé, en Tailandia la utilización de orangutanes en los prostíbulos no es un hecho aislado, a menudo los traficantes matan a las madres y se llevan a los cachorros cuando aún son muy pequeños para prostituirlos”, comentó.
Según un informe de la Orangutan Foundation, ésta es una de las más serias amenazas a su supervivencia, junto con su venta como animales de compañía, lo que alimenta aún más el gran tráfico ilegal.
Los orangutanes se encuentran sólo en Asia, Sumatra y Borneo. Según la asociación Orangutan Conservancy norteamericana, quedan 20 mil ejemplares y se calcula que podrían extinguirse dentro de diez años.
Uno de los casos más famosos fue el de la orangután llamada Pony, a quien depilaban, pintaban uñas y labios, vestían como mujer y tenían encadenada a un sillón de un burdel para usarla con fines sexuales.
Pero no son sólo las hembras utilizadas para prostitución las que se encuentran en peligro. En el caso de los orangutanes machos, estos son utilizados desde hace siglos para organizar combates de boxeo “cómicos”.
“El entrenamiento puede incluir métodos como palizas, privación de comida, uso de armas eléctricas y hasta drogas para que sigan trabajando sin descansar”, indicó uno de los portavoces de la organización animal PETA.
Este gran mamífero comparte con el hombre el 97 por ciento de su patrimonio genético, eso quiere decir que más allá de los que la vista puede apreciar, somos casi idénticos a los orangutanes que son utilizados para fomentar prácticas violentas e inhumanas.
Existen muchas organizaciones que se dedican a combatir este tipo de prácticas, sin embargo, les ha sido imposible erradicarlas ya que muchas de ellas se encuentran muy arraigadas dentro del sistema de costumbres de muchos pueblos nativos del lugar.
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