Es el nuevo cliente potencial de muchas empresas, donde una buena parte de sus productos son destinados para un público exigente, pero también compradores que gastan grandes cantidades de dinero.El llamado “dinero rosa” son los billetes que gastan los miembros de la comunidad gay en marcas que vieron una mina de oro en estos consumidores que son seguidores de modas y mucha mercancía en tendencia.Tan sólo en México, el mercado gay deja ganancias por 80 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país, quienes gastan hasta un 15 por ciento más que los consumidores heterosexuales, incluidas las mujeres.Una explicación sencilla para su consumismo es que una buena parte de la comunidad gay no tiene hijos, por lo que disponen de mayor libertad para elegir en qué gastan su dinero.
Sin embargo, aún hay empresas y firmas que se resisten a abrirse a este mercado, cayendo en el error de discriminar a este sector, como dijeron expertos que consultó El Universal.Otro dato de relevancia es que en cada nación que aprueban derechos a favor de los homosexuales, su PIB per cápita aumenta en unos 400 dólares y si se trata de leyes, esa cantidad se triplica.Sin embargo, en México la figura de la familia tradicional frena las políticas de inclusión para este “mercado del arcoíris” que cada día crece más y significa grandes ganancias para las empresas.
Pero a lo compradores homosexuales no les agradan los productos enfocados sólo para ellos y se inclinan por mercancía general, sin que tenga una tendencia excluyente en su estilo de vida.Un claro ejemplo fue cuando la Cervecería Minerva lanzó su marca sólo dirigida para los gays, donde el éxito esperado nunca llegó. Con esto, los mercadólogos concluyeron que hacer diferencias no vende.La Federación Mexicana de Empresarios LGBT (FMELGBT) calcula que entre un 8 y 12 por ciento de los mexicanos son homosexuales, pese a que es una cifra difícil de definir porque todavía la gente no “sale del clóset por completo”.
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