Los resultados de las recientes elecciones surcoreanas, auguran cambios radicales, especialmente en materia de política exterior, materia en la que el país está vulnerable por la acalorada tensión que acecha la península.
La llegada del gobierno progresista de Moon Jae, cierra un ciclo de incertidumbre y corrupción que generó la administración del antecesor Park Geun-hye en la política interna. Ahora este nuevo gobierno promete abrir una nueva estrategia de diálogo con sus vecinos y Estados Unidos, con el objetivo de fortalecer su autodeterminación diplomática.
La ”Política del Sol” no es más que mantener una cooperación y diálogo constante con Corea del Norte con el fin de evitar una escalada bélica, iniciada por primera vez hace diez años cuando Moon Jae era asistente del gobierno de Roo Moo-hyun. Sin embargo, Corea del Norte no abandonó su desarrollo armamentístico.
El currículum del izquierdista, indica que recién nombrado presidente ya había realizado esfuerzos para cimentar una relación pacífica con Pyongyang entre 2003 y 2007, cuando se propueso la famosa ”Política del Sol” al régimen de los Kim.
Tras su victoria electoral, Moon Jae convocó a sus simpatizantes en la plaza Gwanghwamun, en el centro de Seul: ”Seré el presidente de todos los surcoreanos”, fueron sus primeras palabras después de que la Comisión Nacional Electoral daba al liberal más de un 40 por ciento de los votos sobre un 35.5 por ciento de su adversario conservador y un 21.5 por ciento del centrista Cheol-soo, a tan sólo 80 por ciento del conteo de votos.
Política exterior ‘Pacifista’
Incremento y nueva línea de diálogo, en eso se basará la reestructuración de la política exterior, sin dejar de lado las restricciones comerciales con el Norte para proteger la seguridad nacional, ese es el principal pilar de la Política del Sol con respecto al régimen norcoreano. Moon siempre se mostró crítico con los dos gobiernos conservadores anteriores, por no fortalecer la diplomacia ni el diálogo con respecto a la actividad nuclear de Pyongyang.
Analistas políticos afirman que hay indicios de un verdadero cambio en la política surcoreana que dará un revés a su situación actual. Por su parte, la Casa Blanca felicitó al Moon Jae por su victoria y señaló que el gobierno estadounidense apoyará a la nueva administración para imponer mano dura a Corea del Norte. Medios de Washington resaltaron que la felicitación no proviniera del mandatario Donald Trump, sino de un comunicado de prensa, pues se trata de su mediador y aliado en la península.
”Mientras parece que la política surcoreana cambiará, muchos escépticos piensan que ningún diálogo logrará disuadir a Kim Jong-Un de renunciar a su poder despótico y ambiciones bélicas”, declaró Stephen Evans, corresponsal de la BBC en Corea.
En la última década Washington y Seul de han dedicado a bloquear económicamente a Corea del Norte con el fin de aislarlo y que al final ceda de su agresiva política.
El presidente electo no está contento con el despliegue militar defensivo que Estados Unidos ha instalado en su frontera, el famoso sistema de Defensa Aérea de Altitud Terminal (THAAD), un mecanismo, que para opinión de Moon Jae, agrede la Autonomía surcoreana y va en contra de la no intervención militar extranjera.
Mientras que para el mundo las elecciones surcoreanas fueron una de las más monitoreadas y observadas por la comunidad internacional, para los surcoreanos significa el fin de un ciclo de corrupción y endeble política exterior ante sus vecinos y Estados Unidos. Lo que más espera la opinión pública es reformar el sistema económico para incentivar mayor oferta y demanda.
Orígenes de Moon Jae
Hijo de refugiados norcoreanos, Jae fue encarcelado durante la década de los setenta cuando era estudiante por encabezar movimientos civiles contra el régimen militar de Park Chung-hee. Tiempo después se afilió a las Fuerzas Especiales de Corea del Sur antes de ser abogado especializado en derechos humanos.
Después de ser consejero en la administración de Roh Moo-hyun en 2009, Moon se unió al Partido Social-Demócrata de centro-izquierda, compitiendo en las pasadas elecciones de 2012 contra Park Geun. Después se le conoció como el hombre que podría poner fin a una administración corrupta.”Creo que no sólo mi partido y yo, sino todo el pueblo surcoreano ha estado desesperado por un cambio de gobierno”, declaró mientras votaba en las urnas.
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