Este mes el mundo del fútbol sufrió un duro golpe cuando el 11 de abril, previo a que se disputara el partido de ida de los cuartos de final de la Champions Ligue, el autobús que transportaba al equipo alemán Borussia Dortmund fue blanco de un ataque con tres artefactos explosivos que provocaron una fractura en la muñeca del jugador español Marc Bartra y la cancelación del encuentro deportivo.
En un principio las autoridades alemanas no descartaron la posibilidad de que dicho acontecimiento fuera un ataque terrorista, pero dudaban porque no tenía similitud con la forma de actuar de grupos yihadistas como el Estado Islámico; sin embargo, la misma semana del ataque aparecieron tres cartas en donde ISIS se adjudicaba el ataque y hacía referencias a la ocupación en Siria.
Las investigaciones siguieron su curso y las autoridades concluyeron que esos mensajes tenían la finalidad de desviar la atención y que no se encontraran las verdaderas razones del atentado en contra del Borussia Dortmund, pero ahora se sabe que los explosivos no fueron colocados con fines de extremismo religioso, más bien se trató de un plan avaricioso que pretendía engordar la cartera de una persona.
Este viernes 21 de abril las autoridades arrestaron a Sergej W., un ciudadano ruso-alemán de 28 años de edad, que el día de los hechos se encontraba hospedado en el hotel L’Arrivee, en la ciudad de Dortmund, mismo lugar en donde se hospedaba el Borussia Dortmund; la habitación del detenido tenía vista a la calle en donde ocurrieron las explosiones.
Gracias a este arresto, la fiscalía alemana informó que las especulaciones sobre un ataque terrorista cada vez quedaban más descartadas, porque descubrieron que Sergej W. no tiene vínculos islamistas, pero sí un plan para aprovecharse de las especulaciones bursátiles.
El detenido compró el mismo día del ataque y desde su mismo cuarto de hotel 15 mil derechos de venta de acciones del Borussia Dortmund, el único de la Bundesliga que cotiza en la bolsa de valores.
En ese entonces las acciones tenían un valor de 83 mil 600 dólares, cantidad que pagó gracias a un crédito que obtuvo una semana antes; los derechos de venta tenían vigencia hasta el 17 de junio.
Con el atentado, el hombre pretendía que el valor de las acciones tuvieran una fuerte caída en su valor y así poder aprovechar los derechos de venta que había adquirido, comprar acciones y esperar a que los precios en la bolsa se recuperaran para poder revenderlas a un precio mayor.
Efectivamente, las acciones del Borussia Dortmund cayeron en la bolsa después del ataque, pero recuperaron su valor al día siguiente, cuando el equipo pudo jugar el partido de la Champion Ligue.
Las autoridades alemanas dieron con el sujeto gracias a que una entidad bancaria lo denunció por creer que sus movimientos financieros eran muy sospechosos y parecía un proceso de lavado de dinero.
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