A pesar de la crisis económica en México y la aprobación de un presupuesto austero que contraerá el gasto público en salud y educación, los senadores mexicanos destinaron dinero para mandar elaborar gelatinas personalizadas con sus rostros que fueron repartidas entre los legisladores del Partido Revolucionario Institucional, el mismo del presidente Enrique Peña Nieto.
Cada gelatina tiene un costo de 200 pesos o nueve dólares estadounidenses, de acuerdo con la información del diario mexicano Reforma.
La responsable de mandar a elaborar los postres personalizados es la senadora del Partido del Trabajo (PT), Martha Palafox, quien de acuerdo con el diario, también dio una tarjeta de felicitación con motivo de la celebración de Navidad.
No es la primera vez que algo así sucede en el Congreso mexicano. Desde hace años, durante las fiestas que los partidos políticos mexicanos organizan con motivo del fin de año, los legisladores reparten entre sus colegas y trabajadores del Congreso botellas de tequila, quesos, dulces, vinos y toda clase de objetos etiquetados con los rostros de diputados y senadores.
En ninguno de estos casos es claro la cantidad de recursos destinados a elaborar las etiquetas, o si el dinero que se emplea es público o proviene de los altos salarios que reciben los legisladores.
Esta semana el diario mexicano El Universal dio a conocer que los diputados mexicanos aprobaron un “bono secreto” con el cual cada legislador recibiría 1.5 millones de pesos mexicanos equivalentes a casi 70 mil dólares estadounidenses como un extra a sus salarios.
El Congreso mexicano se destaca por ser uno de los más caros del mundo en contraste con la efectividad de su trabajo legislativo.
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