La subasta de una colección compuesta por 84 pinturas en formato grande y una escultura, que abarcan todas las décadas de la producción plástica de Miró, se ha visto contestada a nivel político y social, pues ésta representa una de las mayores colecciones del artista fuera de Barcelona.
La entidad cultural Casa da Liberdade, en Portugal, un proyecto dedicado al artista plástico y poeta luso Mário Cesariny, reconocido como el gran impulsor del surrealismo en su país quien falleció en 2006, lanzó una campaña de firmas para impedir que las obras se pongan a la venta.
Las obras de Miró pertenecían al Banco Portugués de Negocios (BPN), nacionalizado en 2008 por riesgo de quiebra, en el que es considerado como uno de los mayores escándalos financieros ocurridos en el país durante los últimos años, con un perjuicio para las arcas públicas de miles de millones de euros.
El Ejecutivo luso encomendó la subasta a la casa Christie’s de Londres, y está previsto que la puja se produzca a principios de febrero bajo la premisa de recaudar por ellas en torno a 35 millones de euros (47.8 millones de dólares).
Los impulsores de la campaña de firmas en Internet, sin embargo, defienden que el valor de este patrimonio es muy superior y recuerdan que en los cálculos realizados por la misma casa de subastas en 2008 se apuntaba un precio de entre 80 y 150 millones de euros (entre 109 y 205 millones de dólares).
La obras que se pondrán en subasta fueron elaboradas con diferentes materiales y técnicas, representan distintos temas como la poesía, los sueños, la mujer o las estrellas que inspiraron a Miró, nacido en Barcelona y uno de los máximos representantes del surrealismo.
De llevarse a cabo, ésta se trataría de una de las mayores subastas de obras del artista, también escultor, grabador y ceramista, consagrado como una figura destacada del siglo XX.