Durante las protestas que llevaron a la salida del presidente Hosni Mubarak, en marzo de 2011, al menos mil objetos de museos y sitios arqueológicos fueron robados en todo Egipto. Desde que se desató la ola de violencia más cruda en aquel país, el pasado miércoles, el conflicto no reconoció límites. Además de terminar con casi un millar de vidas, los museos y reliquias históricas de Menia, uno de los pueblos más antiguos del mundo, tuvo también graves consecuencias.
Además de la destrucción de iglesias y mezquitas históricas, el gobierno egipcio dijo que el Museo Nacional Malawi en la ciudad de Menia, fue saqueado y dañado durante los disturbios del miércoles pasado, cuando la matanza dio comienzo a la profunda crisis actual.
Para afrontar esta situación el gobierno envió al ejército a sitios turísticos para la protección de museos y templos, informó hoy el ministro de Antigüedades, Mohamed Ibrahim. Esta medida la tomaron después de algunas llamadas de atención por parte del gobierno interino como consecuencia de ataques a lugares históricos, que incluyeron robos y daños.
Menia sufrió los mayores daños cuando islamistas seguidores del depuesto presidente tomaron las calles por la violenta represión en dos de sus campamentos, esto por parte de las fuerzas armadas en El Cairo.
Irina Bokova, directora general de la Organización para las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), condenó los ataques contra museos y monumentos en Egipto durante la violencia que comenzó la semana pasada.
“La excepcional herencia cultural de Egipto no sólo es una herencia del pasado, que refleja su historia rica y diversa, también es un legado para las futuras generaciones y su destrucción debilita seriamente los fundamentos de la sociedad egipcia”.