Ésta es la otra Europa, la luna helada de Júpiter, bajo cuya superficie se encuentra un océano de dimensiones colosales. Para muchos científicos es una de las principales zonas del Universo conocidas por el hombre que ostentan el cargo de candidatas para albergar vida. «El hecho de que haya agua líquida bajo la superficie, lo cual sabemos por misiones anteriores (…), la convierte en uno de los objetivos más emocionantes para buscar vida», admite Andrew Coates, profesor del Laboratorio de Ciencias del Espacio Mullard de UCL en Surrey, Reino Unido. Principalmente vida microbiana es lo que se cree que pudieran albergar las aguas de Europa, aunque las sorpresas podrían ser mayores.
El deseo de hallar vida en este sitio ha comenzado a tener ecos. Europa Report es una cinta de ciencia ficción de 2013 que narra la historia de una expedición de astronautas para investigar posibilidades de vida en el satélite. Una de las escenas más fantásticas de la cinta es aquella en la que un miembro de la tripulación tiene contacto cercano con esta criatura:
Sí, un ser con apariencia de pulpo. A pesar de que pudiéramos pensar que todo es un producto de la imaginación de los guionistas de Europa Report, la posibilidad de que la vida fuera de la Tierra sea parecida a la que en ella se conoce es muy amplia, a decir de algunos científicos. La razón es la misma por la que los seres vivos se expandieron en todas sus forma en este planeta: la selección natural teorizada por Charles Darwin y la evolución de los microorganismos hasta convertirse en seres más complejos. Es decir, si las condiciones de vida en Europa o en cualquier otro sitio del Universo que presente semejanzas con la Tierra se desarrollan de manera similar a las de ésta, las especies alienígenas podrían desarrollarse a tal grado que serían muy parecidas a nosotros.
Estas han sido las conclusiones de un grupo de Científicos de la Universidad de Oxford, en un artículo publicado en la revista International Journal of Astrobiology. Sam Levin, investigador del Departamento de Zoología de Oxford, explica: «Una tarea fundamental para los astrobiólogos (aquellos que estudian la vida en el cosmos) es pensar cómo sería la vida extraterrestre. Pero hacer predicciones sobre alienígenas es difícil. Sólo tenemos un ejemplo de la vida, la vida en la Tierra, de donde extrapolar. Los enfoques anteriores en el campo de la astrobiología han sido en gran parte mecanicistas, tomando lo que vemos en la Tierra y lo que sabemos sobre química, geología y física para hacer predicciones sobre los extraterrestres».
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La verdad… está afuera pero no hay posibilidades de contactarla
Ante la incógnita de por qué una raza inteligente no ha establecido contacto con nosotros ni los terrícolas con ella, Alan Stern (uno de los principales investigadores de la misión New Horizons de la NASA) explica que muchos de los planetas con condiciones para albergar vida tienen serias diferencias con respecto a la Tierra. Al igual que Europa, estos territorios podrían estar congelados por completo y tal vez tener vida en el fondo de sus océanos. Si la misma fuera inteligente, estaría incapacitada para emitir señales que fueran captadas fuera de su entorno. De esa manera, nadie sabría de su existencia hasta que lograran salir de ese ambiente acuático que los mantiene encerrados.
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La verdad… está aquí adentro
Sin embargo, quizá no sea necesario buscar vida alienígena demasiado lejos para saber más sobre ella. Para algunos científicos reputados, podría existir una posibilidad de que la vida extraterrestre se encuentre justo en medio o dentro de nosotros: Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, no duda que algunos microbios que conocemos en este planeta sean de procedencia extraterrestre y que la vida en la Tierra quizá se haya desarrollado más de una vez en diferentes periodos. Siendo así, la vida extraterrestre y sus alcances serían ya bien conocidos por todos nosotros.
En caso de que esto fuera cierto, la explicación más viable sería que a través de cometas y otros objetos que han colisionado contra nuestro mundo, la vida haya llegado a este parte del Universo. A partir de esta máxima es posible pensar que la humanidad ha evolucionado y se ha expandido a todos los rincones del planeta.
Los avances que el hombre ha realizado en torno a la búsqueda de vida en el espacio son minúsculos a comparación de la verdad que se aloja en algún sitio del Universo. La astrónoma y divulgadora científica mexicana Julieta Fierro comenta acerca de ello: «Es posible que en otros sitios del Universo, que es tan vasto, exista vida, lo que pasa es que no se ha encontrado, no se piensa que la razón es que no exista, sino que las distancias que separan a los astros son tan grandes que es muy difícil obtener información de otro sitio».
La esperanza de hallar vida fuera del planeta o que incluso ésta ya se encuentre en la Tierra ha dado pie a muchas historias como el misterio detrás de la ciudad mexicana que está protegida por extraterrestres. Sin embargo, la conclusión acerca del misterio de presencia alienígena se puede resumir en otras palabras de Fierro: «La ausencia de evidencia no implica la evidencia de la ausencia».