Nadie quiere morir feo. Esa es quizá, una de las tantas cosas que pasan por la cabeza cuando compramos productos de belleza y claro, al momento de su aplicación.
La reina Isabel I, tenía muy claro que su belleza natural no se terminaría jamás, pero ¿por qué no dejar que la muerte se llevara un cadáver aún más hermoso y jovial? Desde muy joven usó maquillaje en el rostro, cremas y preparaciones que ayudaban a mantener una mejor y más bella apariencia, por ello, cuando llegó a una edad adulta y ya sentada en el trono de Inglaterra, no dudó en pintar su cara de blanco para mantener su estatus.
El maquillaje contenía vinagre y huevo para evitar infecciones y que el plomo se penetrara en la piel. Pero no era suficiente protección por lo que, fuentes no oficiales aseguran que dicha sustancia se introdujo en su cuerpo hasta matarla, pues se trata de un veneno en potencia. Esto no se confirmó nunca, pero es cierto que aún en la actualidad, con tantos avances tecnológicos e investigaciones de calidad, aún existen productos con químicos y sustancias que afectan directamente al cuerpo, provocando que el uso excesivo de los mismos pueden causar enfermedades mortales.
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Máscara de pestañas
Desde sus inicios, el rímel es un producto muy codiciado; sin embargo, al ser tan popular, los fabricantes comenzaron a manufacturar tantos ejemplares que los materiales de uso eran mucho se hicieron más baratos y peligrosos, como plomo y arsénico. Se encontró que la mayoría contenía entre 96 y 20 % de cada elemento químico, respectivamente. Esto se acumula en el cuerpo y entre mayor sea su concentración, las posibilidades de desarrollar cáncer aumentan.
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Endulzantes
Aunque parezca contradictorio, los edulcorantes artificiales y orgánicos son los más dañinos para la salud. La mayoría cumplen con la función de suplir al azúcar y brindarle al cuerpo todos lo beneficios de mantener un buen nivel de glucosa. Extrañamente, al haber un poco de endulzante natural en el cuerpo, los azúcares falsos viajan por el intestino acumulándose en forma de grasa creando, incluso, cultivos de parásitos. Esto puede derivar en una especie de alergia e intolerancia a la glucosa.
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Gel antibacterial
Aunque es un producto que la mayoría usa sin preocupación y un compuesto que previene la entrada de virus y bacterias al cuerpo, contiene un químico que más que beneficiar, perjudica. Es el triclosán, mismo que con el uso en extremo es causante de disfunción tiroidea y por ende, no mantienen completamente desinfectada las zonas en donde lo apliques. Es por ello que no es confiable su uso como desinfectante y mucho menos de una zona tan vulnerable como las manos, lugar en el que se produce mayor contacto.
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Pasta dental
En la mayoría de los productos destinados a la limpieza bucal, se añade un ingrediente que ayuda a blanquear la dentadura: dióxido de titanio. En un estudio realizado en la Universidad de Texas se llegó a la conclusión de que su presencia favorece al desarrollo de diabetes tipo 2. Es portador de un alto número de calorías y endulzantes, lo cual, en exceso (lo cual ocurre, puesto que es un producto realmente usado) es dañino.
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Labiales
The Journal of Alternative and Complementary Medicine reveló en un estudio que muchos de los labiales contienen plomo y cadmio, es decir, metales pesados que hicieron efecto en algunas personas que los usaron ocasionando cáncer de piel y si se consume, puede mantenerse en el estómago.
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Jabón
Cuando compres una barra de jabón, asegúrate de que no contenga triclosán o que tenga cantidades muy pequeñas puesto que es usado como antibacterial y fungicida, pero la Universidad de Barcelona lo estudió luego de que se relacionara con cambios hormonales y descubrió que influye en dichos movimientos. Por ello, fue declarado en gran parte del continente europeo como “muy tóxico”.
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Cremas rejuvenecedoras
Muchas de ellas contienen butilhidroxianisol y butilhidroxitolueno que son antioxidantes sintéticos. Estos provocan reacciones alérgicas que no sólo se pueden ver en la piel, sino que afectan al sistema endocrino permitiendo la entrada de bacterias y virus al organismo. De igual forma, se relacionó con algunos casos de hiperactividad y ansiedad.
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Perfume
Desafortunadamente, existen colonias, perfumes, esencias y demás productos similares que contienen Ftalato de dibutilo, que es un compuesto que al ser inhalado con el olfato o absorbido por la piel aumenta la capacidad de otros químicos y factores ambientales para causar problemas reproductivos y de fertilidad. Afortunadamente, en muchos países se ha prohibido el uso de dicha sustancia.
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Tintes de pelo
Aunque los productos actuales tienen en sus componentes hennas naturales y compuestos de carácter orgánico, aún hay marcas que usan pfenilendiamina para dar color. Estos, por lo general, se impregnan en los poros de la piel y por lo consiguiente son causantes de irritación, alergias y con el tiempo, de cáncer.
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Desodorante
La mayoría de los productos que conjugan limpieza, aroma y suavidad contienen triclosán, sí, de nuevo. Esta sustancia que es conocida por mantener a la piel limpia, no es del todo favorable. Algunos estudios sugieren que el uso excesivo es capaz de desordenar el sistema hormonal ocasionando desde problemas pequeños hasta infertilidad.
El uso de productos de belleza no está prohibido, pero nada que no sea completamente natural está libre de resultar peligroso o potencialmente dañino para el cuerpo. Hay que aclarar que no por usarlos algunas veces, tendrás estas enfermedades. El abuso de estos son los que causan dichas enfermedades y por lo consiguiente, tienen efectos en la salud. Afortunadamente, las empresas de cosméticos han idos mejorando la fabricación convirtiendo los productos en algo mucho más natural y orgánico que reduzca el peligro de contraer enfermedades mortales.