El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, día tras día se encuentra con más obstáculos para poder concretar la promesa de construir un muro en la frontera con México; desde la falta de recursos económicos hasta la oposición del Parlamento e incluso de sus propios partidarios republicanos, quienes la semana pasada dieron un duro golpe al no apoyar la reforma en salud que pretendía desactivar el “Obamacare”.
A pesar de eso, el tema de la muralla fronteriza sigue siendo un tema de moda y del cual muchos sectores de la población mexicana se han aprovechado para manifestar ideologías y ganar seguidores para sus respectivas causas.
Uno de estos es la Iglesia Católica, quien desde que Trump asumió la presidencia del país vecino del norte ha utilizado el semanario “Desde la fe” para propinar duras críticas en contra de la clase política mexicana, por considerar que no están defendiendo de forma correcta los intereses de México y, más bien, están mostrando actitudes sumisas y complacientes.
El domingo 26 de marzo, la arquidiócesis, encabezada por el Cardenal Norberto Rivera, se lanzó en contra de todas las empresas mexicanas que han manifestado su intención de participar activamente en la construcción del muro de la discordia. Desde grandes cementeras que quieren aprovechar su potencial para proveer a Trump de todos los materiales que requerirá para poner en pie su capricho, hasta pequeñas firmas que ven en ese mega proyecto una oportunidad para hacer crecer sus bonos y convertirse en negocios internacionales.“Lo lamentable es que, de este lado de la frontera, haya mexicanos listos para colaborar con un proyecto fanático que aniquila la buena relación en el concierto de dos naciones que comparten una frontera común”, sentenció la Iglesia Católica mexicana a través de su semanario Desde la Fe. “Cualquier empresa con intenciones de inversión en el muro del fanático Trump sería inmoral, pero sobre todo, sus accionistas y dueños deberían ser considerados como traidores a la patria”.Una vez dado el golpe directo en contra de los empresarios, no dejaron pasar la oportunidad para también repartir su indignación en contra del gobierno mexicano, pues también señalaron que lo más sorprendente es que las autoridades económicas del Estado han actuado con tibieza y no han mostrado firmeza contra esas compañías “traidoras”.
Este texto editorial de la arquidiócesis encabezada por Norberto Rivera se publicó después de que la semana pasada el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, se reuniera con las compañías acereras mexicanas, en donde dijo que no iban a ponerles leyes que generen restricciones de participación en cualquier obra nacional o internacional, pero al mismo tiempo advirtió que los mexicanos juzgarán y basarán sus futuras decisiones de compra con base en la lealtad a la “identidad nacional”.No hay una certeza sobre cuántas y cuáles empresas mexicanas están interesadas en participar activamente en la construcción del muro en la frontera, sólo se sabe que en marzo la gigante cementera Cemex afirmó en un comunicado que no se negaría a proporcionar los materiales necesarios; también una pequeña empresa de iluminación en Puebla causó polémica al manifestar abiertamente su interés por participar en la magna obra.
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