A lo largo de los años, el concepto de homosexualidad ha evolucionado hasta considerarse una simple preferencia sexual. Sin embargo, para que ser homosexual llegara a ser considerado como algo normal, muchas personas tuvieron que sufrir.En 1952, hace poco tiempo relativamente, La Sociedad Americana de Psiquiatría (APA) catalogaba la homosexualidad como una “alteración sociópata de la personalidad”, ser homosexual era sinónimo de discriminación y quienes decidían mostrar sus preferencias de forma abierta eran castigadas con prisión o confinadas a centros psiquiátricos para tratar de corregir su condición.
Más de 10 años después, el segundo manual de la APA cambió la definición de la preferencia, no obstante, las cosas mejoraron poco para aquellas personas que pertenecían a la comunidad gay.
El cambio fue insignificante, la homosexualidad fue trasladada de categoría y la colocaron bajo el término de “otras alteraciones mentales no psicóticas”, junto con la pedofilia, el travestismo, el exhibicionismo, el voyeurismo, el sadismo y el masoquismo.Pero los años sesenta habían llegado y con él, una de las revoluciones más importantes del siglo XX: la sexual. Tras la decisión de la APA, distintos expertos en el tema se reunieron y, en 1973 tras una infinidad de problemas, lograron comprobar que la homosexualidad no era una enfermedad y que la APA lo reconociera en el manual oficial.Actualmente las cosas han mejorado pero la discriminación y la intolerancia para con las personas que se asumen homosexuales siguen siendo una constante. De hecho, todavía hay países, como Arabia Saudita, en donde la homosexualidad es cero tolerada e incluso se castiga con la pena de muerte.Estos son los tratamientos más inhumanos que se han utilizado para tratar de corregir esta preferencia sexual.
Suministro de Hormonas
Durante el Gobierno de Hitler, los homosexuales eran sometidos a implantación de hormonas sintéticas. Para lograr “invertir” la sexualidad de estas personas, se les hacía una escisión en el ano y en la parte inferior del abdomen, y por ahí se les introducían las cápsulas que los “curarían”.
Violación
En los campos de concentración, los homosexuales eran víctimas de humillaciones y vejaciones; además eran violados con estacas afiladas, las cuales eran introducidas a través del ano, para ver si así enderezaban su camino.
Relaciones sexuales forzadas
La incomprensión hacia los homosexuales era tal, que uno de los “tratamientos” más recurrentes era obligar a mujeres a tener sexo con ellos. A las chicas se les ofrecían jugosas recompensas en caso de que su método diera resultado y lograra la reconversión.
Aversión homosexual
Los médicos buscaban todas las maneras posibles de asociar imágenes referentes a la homosexualidad con sensaciones de dolor y repulsión, a fin de que la heterosexualidad “ganara la batalla”.
Castración
Al cortar el pene y los testículos buscaban evitar que tuvieran impulsos sexuales hacia otros hombres, además de que los incapacitaba para mantener una relación sexual. Era como “cortar” la homosexualidad de raíz.
Tratamiento Ludovico
Es una terapia de aversión, con un elemento “estrella”: los electrochoques. En la práctica médica, las inyecciones vomitivas de Burgess fueron sustituidas por descargas eléctricas.
Hipnosis
Se creía que cuando una persona homosexual estaba en un momento de hipnosis, se le podría ayudar para aumentar su sentimiento heterosexual; pero tampoco daba resultados.
Terapia psicológica
Se trata de pláticas de autoayuda que prometen “la cura completa” de la homosexualidad. Sí, de toda la lista, es el método menos agresivo y el más buscado, pero ya se ha comprobado que son cero por ciento efectivas.
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