Donald Trump firma órdenes ejecutivas a diestra y siniestra, como si firmara sus cuentas de banco o cheques a sus empleados. Mediante el borrador de la orden “Auditoría y Reducción de los Fondos Norteamericanos para Organizaciones Internacionales”, pretende recortar por lo menos un 40 por ciento el presupuesto para agrupaciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recibe gran parte de sus recursos de EUA, el mayor donante de todo el mundo que en el 2016 dio 407 millones de dólares, seguido de Alemania, con 250.
Con el panorama turbulento ante el anuncio de Trump UNICEF solicitó 500 millones de dólares más que el año pasado: Un total de 3 mil 300 millones para auxiliar a los niños que viven en naciones que atraviesan por crisis humanitarias graves durante el 2017.
Alrededor de 535 millones de niños “viven afectados por situaciones de emergencia”, es decir, uno de cada cuatro menores en el mundo, dijo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, durante el Informe de Ayuda Humanitaria 2017.
La petición de más fondos que en años anteriores responde a una lógica simple: A más conflictos y guerra (Siria, Palestina, Franja de Gaza, Yemen, Sudán del Sur), más niños se verán inmersos en emergencias humanitarias como pobreza extrema, malnutrición, desplazamientos forzados, analfabetismo.
La UNICEF aseguró en Ginebra que alrededor del 40 por ciento de los fondos serán destinados para los niños sirios, la población infantil que más afectada se ha visto, y servirá “tanto para los desplazados dentro del país como a los que huyeron al extranjero para escapar de la guerra que asola el país desde hace casi seis años”.
Después de Siria, Sudán del Sur, Irak y Nigeria son las naciones que más auxilio necesitarán durante el 2017. De acuerdo a El País, en Sudán del Sur alrededor del 31 por ciento de la población sufre de inseguridad alimentaria; en Irak 1.4 millones de niños están desplazados y en Nigeria, 400 mil niños podrían morir por “desnutrición aguda grave”.
La crisis de los refugiados y desplazados sirios es “la mayor emergencia humanitaria desde el final de la Segunda Guerra Mundial”: 4.8 millones de personas han huido del país hacia países vecinos (sobretodo europeos) y de ellos, más de 2.2 millones son niños.
El País reveló que la educación, la mejora del acceso al agua y saneamiento serán los programas de mayor importancia para el año en curso y recibirán poco más del 20 por ciento de los recursos totales.
“Esperamos que Estados Unidos mantenga su tradición de ayudarnos”, dijo el director de Emergencias de la agencia, Manuel Fontaine.
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