Ilustraciones sobre la desolación y tristeza humana

Ilustraciones sobre la desolación y tristeza humana

Ilustraciones sobre la desolación y tristeza humana

¿Qué esperar cuando toda la esperanza se ha perdido? ¿Cuando en nuestra mente sólo queda el vestigio de lo que llegó a ser bello y ahora nos encontramos ante un mundo de desolación en el que la tristeza es lo más importante? A veces, quisiéramos retroceder el tiempo y regresar a esos instantes bellos que anhelamos con nostalgia. Convertirnos en la persona de nuestros recuerdos, la del pasado, la que estaba aquí cuando la felicidad también se encontraba con nosotros, pero retroceder es imposible.


Somos parte del mundo contemporáneo, lleno de aparatos tecnológicos, lleno de información y construcciones sociales y mentales que lo único que logran es destruirnos un poco más. Nosotros, los que permanecemos aquí, queremos tener un poco de amor, de sentimientos, de fragilidad. Pero ahora, los sentimientos ya no nos pertenecen a nosotros, sino a las redes sociales, a los otros, al demostrarlos y no simplemente sentirlos.


Aunque nos parezca triste, estamos vacíos. Vacíos de emociones si alguien más no las ve, vacíos de esperanza y de fe. Porque en una sociedad en la que ya todo se ha perdido, ni siquiera podemos pensar en algún ídolo sagrado que nos saque de la incertidumbre y la melancolía. Que nos resucite y al que demos gracias por las virtudes que ahora recibimos. Y sin remedio, nos enfrentamos solos a un mundo que parece destruirse cada vez con más rapidez.


¿Dónde quedaron los buenos momentos con nuestra pareja? ¿Con nuestro primer amor o esos viejos recuerdos de amores a los que amamos más que a nuestra propia vida? Ahora sólo nos persiguen los fantasmas de nuestras historias pasadas que se encargan de apuñalarnos el corazón y decirnos que nunca fuimos tan infelices como ahora. Nunca sentimos que la tristeza era algo que estaba a nuestro lado y que simplemente, debíamos lidiar con ella para vivir.



La vida es simplemente eso que pasa. Donde estamos parados, la interminable rutina de no saber a dónde nos dirigimos. El policía corrupto, las miradas extrañas, contestar el teléfono, un matrimonio en el que, estamos seguros, los participantes no se aman pero siguen ahí por compromiso. Somos testigos de la infelicidad ajena y probablemente no nos demos cuenta de la nuestra, porque para sobrellevar la vida, basta con ver que la vida ajena es peor.


Estamos tan inmiscuidos en este mundo que ya no nos importa repetir los horribles patrones que alguna vez criticamos. Recordamos la época en la que asegurábamos nunca sobornar, nunca golpear a alguien, dejar vivir al otro en paz, no meternos en los asuntos ajenos pero ahora, somos nosotros los que necesitamos de alguien más para ser felices. Nos encanta la contemplación ajena, vivir a espaldas del otro, hablando sobre él, diciendo cosas que probablemente no sean ciertas pero que sin duda hacen las charlas más interesantes.



Nos conformamos, y esa conformidad nos hace víctimas de disfrutar con lo mínimo, tener poco y creer que esa mediocridad es simplemente la vida que sigue su curso. Porque “ya mañana Dios dirá”, porque lo dejamos todo a la suerte y el destino sin hacer algo por liberarnos de la opresión que a veces significa la vida tal y como la vivimos.


¿Y si nos dispusiéramos a cumplir todos esos sueños y anhelos que alguna vez tuvimos? ¿Y si la vida no fuera una carga sino una emoción constante que disfrutáramos a cada momento?


Las ilustraciones de Matthew Woodson son desesperanzadoras y tristes. Cuestionan la vida y lo vacíos que estamos ante el inevitable alejamiento que nos causa toda esa información del mundo contemporáneo. Matthew Woodson es un ilustrador que con atmósferas, aparentemente en completa calma, nos da un sentimiento de melancolía e inconformidad poco sutil.


Woodson nació y creció en el sur de Estados Unidos y después de graduarse de The School of The Art Institute of Chicago en 2006, se dedicó a trabajar como ilustrador de tiempo completo. Vive en Chicago y tiene clientes como ESPN, The Folio Society, Image Comics, Ladies Home Journal, New York Magazine, Nike, The New York Times, Perry Ellis o Vertigo Comics.


Con sus ilustraciones busca conjugar su obsesión con la naturaleza y la psicología humana para lograr describir el mundo moderno. Le teme a las escaleras eléctricas, las uñas de los pies y a Santa Claus.



































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