Una cualidad del arte es que es libre. Pero, ¿realmente se respeta esto? ¿Es verdad que existe una plena libertad de expresión, sobre todo en la sociedad actual? Estas preguntas seguramente cruzaron la mente de Mathilde Grafström, quien en su obra explora la sensualidad única del desnudo femenino inmerso en un entorno natural.
¿Qué reacciones generó en el público? Como era de esperarse, sus primeros trabajos fueron objeto de la atención de muchos debido a su impactante contenido, pero rápidamente se intentó ocultar su mensaje de la sensible sociedad a la que estaban expuestos. Con la negación del medio hacia su naturaleza “artista”, Mathilde Grafström se vio obligada a trabajar por su cuenta.
Tomando la idea de que la verdadera belleza viene del interior, la fotógrafa sólo inmortaliza a aquellas modelos que lograron liberar su mente de pensamientos negativos acerca de su apariencia. Y es de esa manera que le brinda un sentido a su trabajo. Critica el hecho de que los otros han afectado la apariencia de uno mismo, cuando tal afirmación debería estar construida de manera completamente invertida.
“Cuando no nos hacemos a nosotras mismas pequeñas, aburridas y feas con nuestros propios pensamientos, naturalmente brillamos por nuestra belleza, vida y alegría”. Con estas palabras, Mathilde define su trabajo, el cual, sin duda alguna, presenta una conmovedora versión del erotismo femenino y de cómo es que éste ha sido inconscientemente condenado por las mismas portadoras.
Es por eso que finaliza su declaración con esto. “Todos los humanos tienen más belleza en ellos mismo de lo que creen. Y ésta puede salir a la luz en un día si estamos dispuestos a trabajar con nosotros mismos y cuestionar todos esas creencias negativas que nos tenemos”.
Por otra parte, la artista conecta la belleza humana con la de la naturaleza, pues gran parte de su trabajo fue capturado en paisajes que han sobrevivido a la omnipresente alteración del hombre. A través de su lente, Mathilde Grafström presenta una propuesta diferente, en la que la sensualidad de la mujer convive en armonía con los primeros regalos que el planeta nos brindó.
La aparición de fotografía, tan cruda y libre de censura en una sociedad todavía prejuiciosa y contenida, ha desencadenado una respuesta prácticamente generalizada de desapruebo y condena. Muchas veces esas personas no se detienen a pensar en el verdadero objetivo de este tipo de fotografía y tienden a rechazarla automáticamente.
¿Cuáles fueron las palabras de la fotógrafa cuando se declaró a su trabajo como sucio y ofensivo? “Si crees que tu cuerpo desnudo es sucio y que deberías estar avergonzada de él, estás mal. Es tu actitud la que necesita limpiarse, no tu carne”.
La condición femenina a través de fotografías
Fotografías de la sensualidad melancólica