Frida Kahlo es una de las artistas mexicanas más reconocidas en el mundo por la manera tan única de plasmar sus sentimientos en frases, recetas, cartas, fotografías y por supuesto, sus pinturas.
Cada obra y escrito de Frida muestra un poco de lo que fue su trágica vida llena de desilusiones, infidelidades y problemas de salud, además de que retratan ese México herido por la Revolución.
Esta mujer a la que muchos mexicanos presumimos por su talento se ha convertido en un estandarte del arte y de movimientos feministas en el mundo.
Pinturas más famosas de Frida Kahlo
El autobús
Este cuadro pintado en 1929, reúne las diferentes clases sociales de México en un autobús. Se observa a un ama de casa, un obrero vestido, una madre indígena amamantando a su bebé, un niño, un extranjero y una joven que se parece mucho a Frida.
Algunos estudiosos de la artista afirman que podría tratarse de una referencia al accidente de Frida en 1925, en el que sufrió heridas graves que marcaron su vida y carrera. El autobús chocó y un pasamanos se clavó en el pecho de la pintora.
Aquel día, un hombre con peto azul le retiró el pasamanos, salvándole la vida, mientras que el polvo de oro de un ‘gringo’ se esparció sobre el cuerpo lastimado de Frida.
Frida Kahlo, El autobús, 1929
Diego y Frida
Frida pintó este doble retrato en 1944, como un regalo para Diego en su 15 aniversario de bodas. Las ramas de las hojas unen las caras de los esposos que se muestran como lados distintos de un mismo rostro.
Su relación se enmarca con la luna, el sol, y las conchitas de mar. La artista estaba profundamente enamorada del muralista, pero él la traicionó hasta con su hermana.
Frida Kahlo, Diego y Frida, 1944
Autorretrato con traje de terciopelo
Esta obra quizá sea una de las más importantes en la trayectoria de la pintora, ya que es el primer autorretrato que hizo.
Lo creó en 1926 como un regalo para Alejandro Gómez Arias, quien era su novio y compañero en la escuela. Ellos habían terminado y con éste esperaba una reconciliación y ¿qué creen? Sí le funcionó.
Frida Kahlo, Autorretrato con traje de terciopelo, 1926
Autorretrato con collar de espinas
En esta pintura creada en 1940, Frida se coloca al centro para destacar su presencia. Aparece usando la corona de espinas de Cristo como collar mientras cuelga un colibrí muerto que simula la ceja de Frida. Sobre su hombro izquierdo hay un gato negro que parece acechar el cadáver del ave; y en el derecho hay un mono, que fue regalo de Diego.
Frida pintó un autorretrato para regalárselo a su amante, el fotógrafo Nickolas Muray. Sin embargo, después de divorciarse de Rivera, tuvo que vender la pintura para contratar a un abogado y como reemplazo, Frida pintó este autorretrato.
Frida Kahlo, Autorretrato con collar de espinas, 1940
Sin esperanza
“A mí no me queda ya ni la menor esperanza… Todo se mueve al compás de lo que encierra la panza”, se lee detrás de la pintura que hizo Frida en 1945, cuando permaneció mucho tiempo en reposo después del accidente y mantuvo una dieta de purés cada dos horas para subir de peso.
Frida retrató en este óleo una estructura de madera que sostiene un embudo que la alimenta continuamente, destaca la calavera de azúcar en lo alto de éste y la manta que cubre su cuerpo decorada con vida microscópica.

Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos
Frida acompañó a Diego en su aventura artística por Estados Unidos durante la década de los 30. Nostálgica por su país pintó este cuadro en 1932, en el que plasmó sus sentimientos encontrados hacia Estados Unidos.
El el cuadro, ella se mantiene el centro como si fuera una estatua en un pedestal entre mundos diferentes. De un lado sostiene la bandera mexicana y a su alrededor hay múltiples alegorías a nuestro país: colores naturales, plantas, pirámides y piezas prehispánicas.
Del otro lado resaltan símbolos de Estados Unidos como colores grises, la bandera, una gran fábrica y los rascacielos. En el pedestal se lee: “Carmen Rivera pintó su retrato el año de 1932”. ‘Carmen’ era el nombre de bautismo de Frida.
Frida Kahlo, Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos, 1932
Autorretrato como tehuana (Diego en mis pensamientos)
Para plasmar las múltiples infidelidades de su gran amor, Diego Rivera, ella pintó en 1943 un autorretrato en el que aparece vestida como tehuana. El rostro de su amada lo dibujó en su frente ante su gran deseo de poseerlo en su totalidad.
Frida Kahlo, Autorretrato como tehuana, 1943
Moisés (El núcleo de la creación)
Esta obra pintada en 1945, fue hecha por encargo de Don José Domingo Lavin, quien le pidió a la artista que leyera el libro ‘Moisés, el hombre y la religión monoteísta’, de Sigmund Freud, para después hacer esta interpretación.
En medio de la obra se puede apreciar a un bebé que se parece a Diego Rivera. Su nacimiento está representado debajo de un Sol mientras lo escoltan dioses y héroes de la humanidad.

El venado herido
Esta pintura que a simple vista no nos hace sentir nada bien, fue el regalo de bodas para sus amigos Lina y Arcady Boyter. Frida Kahlo lo pintó en 1946 y en él aparece ella con cuerpo de venado al que lo atraviesan flechas, mientras lleva una corona con cornamenta en su cabeza.
Según expertos, el significado de esta obra radica en la decepción de Frida tras una operación de columna que podría haber significado una cura a sus dolores de espalda, que ni siquiera cesó con su regreso a México.
“Ahí les dejo mi retrato, para que me tengan presente, todos los días y las noches, que de ustedes, yo me ausente. La tristeza se retrata en todita mi pintura pero así es mi condición, ya no tengo compostura (…) solito andaba el venado rete triste y muy herido, hasta que en arcady y lina encontró calor y nido”, escribió la artista.

Viva la vida, sandías
Ocho días antes de su muerte en 1954, Frida tomó el pincel, lo sumergió en pintura roja y escribió “Viva la Vida – Coyoacán 1954 – México”.
Basándose en las pinturas de sus últimos años, con una salud desmejorada por su condición y las constantes inyecciones de Demerol y Morfina, Frida pudo haber pintado este cuadro en 1952. Sin embargo, cuando se convenció de que sus días estaban contados, decidió escribir sobre la pintura, a modo de despedida.

Cuatro habitantes de la Ciudad de México
Este cuadro que muestra a una pequeña niña vestida de tehuana, un Judas, un ídolo femenino precolombino, un esqueleto de arcilla y un hombre de paja a lomos de un borro, es el único en la colección de Frida que tiene sombras.
Este elemento permite que las figuras se relacionen entre sí, en una plaza que se halla cerca de la Casa Azul. El título corresponde a la creencia personal de Frida de que “demasiada revolución ha dejado a México vacío”.

Las dos Fridas
En 1947, este cuadro se convirtió en el más caro vendido por la artista durante su vida y fue adquirido por el Instituto Nacional de Bellas Artes en 4 mil pesos.
En este particular autorretrato, la mexicana presenta sus dos personalidades: a la derecha, la Frida respetada y amada por Diego vestida como tehuana, mientras que a la izquierda, una Frida europea con vestido victoriano de boda, a quien Diego abandonó.
Alguna vez, la pintora admitió que este cuadro reflejaba las emociones que rodearon el divorcio de Diego.
Frida Kahlo, Las dos Fridas, 1947
Autorretrato con pelo corto
“Mira que si te quise fue por el pelo. Ahora que estás pelona, ya no te quiero”, se lee en la parte superior del cuadro, estrofa que pertenece a una popular canción mexicana.
En este cuadro creado en 1940, después de divorciarse de Diego Rivera, Frida abandonó su imagen femenina. Aparece con el cabello corto, un traje que parece ser de su amado, pero sin abandonar sus aretes.
Frida Kahlo, Autorretrato con pelo corto, 1940
El suicidio de Dorothy Hale
La carrera de la artista Dorothy Hale dio un giro tras la muerte de su esposo en un accidente automovilístico, lo cual desató una crisis en la carrera de la actriz y múltiples problemas financieros.
Llevando su vestido negro favorito y un prendedor de rosas amarillas, la actriz saltó desde la ventana de su apartamento. En 1938, Frida recibió el encargo de pintar un retrato de la actriz a petición de Claire Boothe, amiga de la madre de la fallecida, para el cual la artista mexicana pintó el cadáver en la parte inferior del cuadro.
Horrorizada por la representación pictórica del suicidio, Claire pensó en destruir el cuadro, aunque finalmente lo conservó. La pintura no fue vista por varias décadas, hasta que misteriosamente apareció frente a la puerta principal del museo de Arte de Phoenix.
Frida Kahlo, El suicidio de Dorothy Hale, 1938
Autorretrato dedicado a León Trotsky (Entre las cortinas)
“Para Leon Trotsky, con todo mi amor, le dedico este cuadro el 7 de noviembre de 1937. Frida Kahlo en San Ángel, México”, se lee en la nota que sostiene la Frida de la pintura.
El retrato, pintado con cálidos y suaves colores, muestra a una Frida bella, seductora y llena de confianza. Este cuadro adornó el estudio de Trotsky en la Casa Azul, hasta que él se mudó a su propia casa y dejó el cuadro a petición de su esposa.
Frida Kahlo, Autorretrato dedicado a León Trotsky, 1937
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