La historia real de Pinocho nada tiene que ver con lo que Disney nos dijo.
Como muchos ya sabemos, Disney reinventó totalmente la mayoría de cuentos de hadas, creó versiones más fantasiosas y con finales felices que se alejan de sus orígenes.
De hecho, la verdadera historia de Pinocho es profundamente lúgubre y llena de momentos que habrían espantado a más de un niño si se hubieran presentado tal y como estaban.
Por eso, aquí te diremos cuál es la verdadera historia de Pinocho para que no sigas creyendo que siempre fue un dulce niño de madera.
¿Quién creó a Pinocho?
Primero lo primero: ¿sabes quién creó a Pinocho? Este personaje nació de la mente de un escritor italiano llamado Carlo Collodi, quien contó su historia a través de la novela corta “Las Aventuras de Pinocho”, publicada por partes entre 1881 y 1883 en un periódico llamado “Giornale per i Bambini”, es decir, “Periódico de los Niños”.
Según la revista del Museo Smithsoniano, la historia original dista mucho de la versión que Disney entregó al mundo ya que no se trata de un cuento agradable con un final feliz; de hecho, es una especie de crítica a la sociedad italiana del siglo XIX que retrata temas de pobreza, hambruna, solidaridad y respeto.
“En la historia original hay como una especie de oscuridad. La historia fue escrita en un momento en el que la reunificación italiana había tenido lugar veinte años antes”, comentó Roberto Vezzani, de la Fundación Nacional Carlo Collodi, a BBC Mundo.
“El país estaba sufriendo para encontrar la reunificación real. Había mucha pobreza y muchos problemas sociales. De esta manera la historia, que normalmente se considera una historia infantil, en realidad refleja los problemas de esa época en Italia”.
Collodi, cuyo nombre real era Carlo Lorenzini, ideó con su historia varias lecciones no para los pequeños sino para los padres, con la finalidad de ayudarles a apoyar a sus hijos con su travesía por la vida al tomar mejores decisiones y no dejarse llevar por sus caprichos y fantasías, algo que el “Pinocho” de Disney sí refleja aunque de forma distante.
Esta especie de “cuento largo” ha tenido cerca de una veintena de adaptaciones al cine entre las que destacan dos live actions con el actor italiano Roberto Benigni en el elenco (en una dando vida a Pinocho y en otra interpretando a Gepetto); la reciente versión de Disney protagonizada por Tom Hanks, y la obra maestra en stop motion de Guillermo del Toro.
La verdadera historia de Pinocho
Como ya lo explicamos, Collodi quería que su historia reflejara el momento histórico en el que su sociedad se encontraba, aunque como toca temas que han pegado en diversas sociedades de muchos tiempos, se convirtió en una trama universal.
“Su protagonista, Pinocho, se equivoca a menudo, pero luego lo reconoce por su carácter bondadoso. Pasa por varias aventuras que acaban haciéndole madurar y le permiten comprender que las personas deben equilibrar la parte divertida de su vida con la necesidad de trabajar y cumplir sus obligaciones”, apuntó Vezzani.
“Estos son los temas universales de la novela, que hacen que todo el mundo pueda reconocer algo del libro en sus vidas y explica por qué es el libro más traducido del mundo, después de los libros religiosos”.
Para poder realizar ese objetivo, el autor nos sitúa en una zona pobre de Italia, en donde Gepetto no es el relojero amable y feliz que Disney nos muestra sino un carpintero que no tiene siquiera un pan para llevarse a la boca, y que de hecho es catalogado por sus vecinos como un tirano con los infantes.
A través de los ojos de este personaje podemos ver momentos de corrupción y una crítica al clasismo que siempre ha existido en el país, sobretodo por sus problemas de pobreza, por lo que el hecho ya no sólo de ser un niño de verdad sino una persona de verdad se nos muestra aquí como un reto enorme, lleno de problemas y pocas virtudes.
Desde su nacimiento, Pinocho fue un niño malcriado, que no obedecía a las órdenes de Gepetto y que incluso lo pateó en una ocasión, para luego robarle su peluca y huir; cuando Gepetto lo encuentra, lo agarra por el cuello, hecho que hace que lo acusen de abuso y lo lleven a prisión.
Además, la relación de la marioneta con el hada azul y el querido Pepe Grillo tampoco fue tan dulce y amable como el filme de Disney nos vendió: la primera, de hecho, hizo sufrir a Pinocho porque le hizo creer que murió por su culpa, una travesura que nos hace cuestionar su moral.
En cambio, Pepe Grillo, desafortunadamente, fue asesinado por el propio Pinocho, quien, en un arranque de ira y coraje por sentirse sermoneado, le lanza un martillo de madera que le da de lleno en la cabeza al animal y lo estampa contra la pared. Esto ocurre al principio del libro, por lo que las apariciones de Pepe después sólo son con forma de espíritu.
Pero, más adelante en la historia, obtiene su castigo. De hecho, es importante recalcar primero que la obra no se iba a alargar tanto: de hecho, Collodi tenía la intención de terminarla en el capítulo 15, en un momento en que Pinocho aparentemente muere cuando la Zorra y el Gato lo ahorcan colgándolo desde un roble para quitarle sus monedas de oro.
Como muchos lectores no quedaron felices con ese final, le exigieron al escritor que continuara la historia, quien así decidió hacerlo, poniendo a Pinocho en más aprietos, como la Isla de los Juegos, en donde él y otros niños son convertidos en burros de manera extraña, o su tiempo en el circo, al que fue vendido después de haberse transformado en animal, y donde lo maltrataron y lo explotaron hasta el cansancio.
Al ver que la pobre criatura ya no podía dar más de sí, el dueño del carnaval decidió venderlo a un anciano que sólo quería matarlo para fabricarse un tambor con su piel, por lo que lo amarra a una piedra y lo tira al mar para hacer que se ahogara, sin esperar que los peces se comerían su piel y lo devolverían a su forma original de marioneta.
Una escena que sí es mostrada en la mayoría de las adaptaciones de la historia es cuando Pinocho es devorado por un animal acuático gigante; en el libro se trata de un tiburón, aunque en otras versiones es pintado como un monstruo con forma de ballena y orca del triple del tamaño natural de estas criaturas.
Y es lo suficientemente grande como para tener a Geppetto en su interior, quien había salido en busca tras perderle de vista. Juntos, logran escapar, y Pinocho logra así aprender su gran lección: ser un holgazán nunca deja nada bueno, por lo que decide volverse empleado en una granja para cuidar a su padre y, a su vez, asistir a la escuela para cultivarse.
Una mañana, sin darse cuenta, despierta convertido en un niño de carne y hueso, dejando a los lectores con la moraleja de que sólo podemos ser personas reales cuando nos responsabilizamos de nuestras acciones y trabajamos duro para obtener lo que queremos.
¿Qué te parece la verdadera historia de Pinocho? ¿Ya la conocías?
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