Aunque no lo creas, tu forma de dormir dice mucho de quién eres como persona y de hacia donde tiende más tu carácter, y los especialistas que se han dedicado a estudiar este tipo de patrones de comportamiento lo han catalogado como “lenguaje del sueño”, de acuerdo con un artículo de Bustle.
¿Por qué es importante saber sobre ello? Como bien sabemos todos, un buen descanso es fundamental para que podamos desarrollarnos correctamente y sentirnos en plenitud en nuestro día a día, y justamente la gente que no puede dormir bien es la que más tiende a estar estresada y a tener comportamientos explosivos con el resto del mundo.
Para poder descansar en plenitud, es recomendable saber cuál es nuestro lenguaje del sueño y de qué forma podemos contrarrestar los problemas y preocupaciones que llevamos a la cama para sentirnos mejor al dormir, ya que eso permitirá que el cuerpo se mantenga relajado y tranquilo y uno pueda recibir la jornada con buena energía.
Hay más de un tipo de lenguaje del sueño
De acuerdo con la doctora Shelby Harris, psicóloga clínica del sueño y miembro del colectivo Calm Sleep Expert, existen cinco tipos de lenguajes del sueño, muy similares a los lenguajes del amor (que nos dicen cómo una persona tiende a dar y recibirlo) pero ligados a la forma de descanso, y saber en cuál de ellos se encuentra uno hará que busque un descanso que sea más eficaz y favorecedor.
1. El de las palabras de preocupación
Los durmientes que pertenecen a este lenguaje del sueño tienden a sobre pensar mucho sus actividades del día y de la jornada siguiente al momento en que sus cuerpos llegan a la cama, por lo que sus cerebros siempre les están lanzando mensajes o palabras de preocupación que no les permiten relajarse.
Este tipo de personas tiende a sufrir problemas de ansiedad porque se la pasa pensando en su lista de tareas pendientes y en las actividades y/o cosas que no hicieron de manera correcta, lo que les genera una sensación de culpa que sólo bloquea sus cuerpos, de acuerdo con Harris.

2. El que pertenece a los dotados
Hay personas que pueden quedarse dormidas con una facilidad increíble, no importa el lugar o la posición en la que se encuentren. Pueden encontrar un punto de relajación tanto en el transporte como en el sofá de un conocido o, incluso, al acampar en el bosque, y sus sueños casi siempre son prolongados y profundos.
“Los durmientes dotados a menudo se enorgullecen de su capacidad para conciliar el sueño fácilmente en cualquier situación”, comenta Harris, quien también apunta que este tipo de lenguaje de sueño es ideal para aquellos que desean tomar una siesta en algún momento del día.

3. El de los perfeccionistas rutinarios
Seguro alguna vez habrás conocido a una persona que tiene una rutina muy específica para su hora de dormir, y que si se salta algún punto de todo el esquema simplemente no logra conciliar el sueño. O puede que incluso tú seas uno de ellos.
Este tipo de gente casi siempre realiza un régimen de cuidado corporal y trata de poner todo en orden a su alrededor para llegar a un punto de cansancio y relajación que los ayude a conciliar el sueño; no obstante, de acuerdo con Harris, estas personas se esfuerzan de más por dormir bien.

4. El de la temperatura adecuada
No importa que afuera el clima esté a muchos grados bajo cero, si en el interior de su recámara la persona que posee este lenguaje de sueño simplemente no la siente lo suficientemente helada para su comodidad, no podrá relajarse y tardará mucho en dormir.
Y eso se debe a que la temperatura corporal de esta gente casi siempre está en un nivel elevado, lo que hace que busquen pijamas o sábanas suaves que no les permitan transpirar demasiado al dormir, ya que a menudo, cuando esto ocurre, sufren de sofocos, sobre todo las personas que tienden hacia la perimenopausia, según Harris.

5. El de sentirse liger@ como pluma
Hay personas que pueden pasar un día entero durmiendo y, aún así, al despertarse se sentirán totalmente cansados, y justamente es porque pertenecen a este tipo de lenguaje de sueño, que se causa por lo regular por efectos secundarios de algún medicamento que ellos toman que les impide tener un sueño profundo.
La gente que padece algún trastorno del sueño, como el sonambulismo, y tiene que mantenerse bajo un régimen de medicación suele caer en este punto, al igual que las personas que no priorizan su sueño y en lugar de buscar un momento cómodo para dormir, prefieren quedarse en vela viendo la televisión hasta que sus párpados se cierran.

¿Se puede cambiar el lenguaje de sueño?
Si te preocupa pertenecer a un lenguaje de sueño que no te ayuda a descansar bien y ya identificaste cuál de ellos es, déjanos decirte que sí lo puedes cambiar, aunque requerirá mucho esfuerzo, práctica y disciplina, por lo que no se tratará de una tarea sencilla.
Hay personas que muy probablemente hayan pasado de ser durmientes del tipo de “palabras de preocupación” al de “ligero como pluma” porque, en realidad, estos lenguajes de sueño están interconectados, aunque es claro que la meta de todos debería ser el de los dotados, que son los que tienen un mejor descanso.
Para ello, lo mejor sería ir poco a poco forjando rutinas que te permitan priorizar tus horas de sueño, como ponerte un horario límite para hacer actividades y esquematizar lo que necesitas tener para prepararte al momento de dormir, ya sea una pijama cómoda, mejores sábanas, un colchón que se adecue a tus necesidades o incluso algún medicamento.

Consejos para dormir mejor
Como ya se mencionó, es muy probable que la mayoría consideremos a los durmientes “dotados” como los del mejor tipo, ya que logran tener un descanso pleno sin sentir preocupaciones sobre las actividades del mañana o del ayer y sin necesidad de tener una rutina específica para antes de acostarse.
Los que se acercan mucho a su tipo de descanso bien serían los “perfeccionistas rutinarios” o los que buscan la “temperatura adecuada”, aunque con ciertas limitantes, ya que si no cumplen con sus estándares requeridos, podrían terminar incluso peor que una persona que “duerme como pluma”.
Por eso, es importante que todos poseamos una buena higiene del sueño, de acuerdo con Harris, lo que implica que cada uno pongamos de nuestra parte y cumplamos con algunas de estas tareas previo a irnos a la cama:
- Tener un horario de sueño pautado: esto ayudará a que el cerebro se entrene y se acostumbre a dormirse a una hora específica, para que ayude a que el cuerpo se relaje de camino a ese momento y no se la pase sobre pensando las cosas.
- Crear un espacio acogedor: si uno está durmiendo sobre un colchón que no le favorece o en un espacio en el que la temperatura le pueda jugar chueco, jamás se va a relajar, por lo que conviene conseguir algunas herramientas, como un ventilador o calefactor (en caso de ser necesario), un mejor colchón y mantas que aseguren la mayor comodidad posible.
- Relajarse por la noche: media hora antes de irse a la cama es recomendable despedirse de cualquier dispositivo electrónico para evitar distracciones, y estar en un entorno que se acerque a la penumbra y que esté fresco para que la mente y el cuerpo empiecen a acomodarse para adentrarse a un sueño plácido.
- Cambiar los malos hábitos: algunas actividades que a muchos les resultan normales, como beber café por las tardes o cenar pesado, también son dañinas para la hora del sueño, por lo que conviene dejar de hacerlas o cambiarlas por acciones menos dañinas, como consumir un té, leer un libro en lugar de ver el celular, o cenar más ligero.
- Optar por ruido verde: dejarse llevar por un sonido relajante también puede ser una buena opción para ayudar a que el cuerpo se libere del estrés antes de dormir, por lo que puedes buscar o crear una lista de reproducción con canciones tranquilas o sonidos calmantes, como los de la naturaleza, y reproducirlos mientras te acuestas, con un temporizador que te asegure que se pausarán en el momento adecuado.
¿Cuál dirías que es tu lenguaje del sueño? ¿A ti qué te ha servido para conciliar mejor tu sueño? Compártenos tus comentarios, experiencias y recomendaciones a través de nuestros canales digitales.