La LGBT-fobia también es corrupción

La LGBT-fobia también es corrupción

La LGBT-fobia también es corrupción

57C32QNLWFCGFISJLPFUBV2TWA - La LGBT-fobia también es corrupción

Por: Gerardo Sánchez Guadarrama / @gersguadarrama

Estamos en el mes de la Diversidad porque el 28 de junio se conmemora el día Internacional del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI). Pero, ¿de dónde viene esta conmemoración que la comunidad diversa -con cada vez más apoyo del resto de la sociedad- realiza cada año en muchas ciudades del orbe y toman las calles para decirle al mundo que son orgullosos y orgullosas de ser quienes son?

Resulta que en 1969 se llevaron a cabo los disturbios de Stonewall, un bar ubicado en la demarcación neoyorquina de Greenwich Village. La anécdota cuenta que la población LGBT+ decidió encarar la persecución social y policiaca que existía en ese momento. Francamente era un contexto altamente represivo y violento. Pero no fue sino hasta 1970 -que con base en la referencia de estos sucesos- la comunidad Diversa comenzó a apropiarse del espacio público a través de la Marcha del Orgullo.

A 52 años de estos sucesos resulta pertinente reconocer que en México -y en otros lugares del planeta- la Población Diversa se enfrenta a un escenario prácticamente igual (o peor) al de aquellos años como la persecución policiaca, la discriminación mediática que no es sancionada, las terapias de conversión -que en realidad son actos de tortura- siguen operando desde la clandestinidad debido al vacío legal, el crimen de odio que está en aumento, la segregación laboral que fomenta el llamado “techo de cristal” o la dificultad para acceder a servicios de salud dignos; tan sólo por mencionar algunos.

Esta situación LGBT-fóbica sistémica es sin duda es una responsabilidad del Estado que involucra no sólo al aparato de gobierno, sino también a la sociedad civil y a las instituciones que emanan de esta como la familia, la escuela, la industria o los centros recreativos o de culto; ya que son una pieza clave en la reconfiguración del “chip” colectivo para favorecer la inclusión y el respeto.

Vaya lección que esta semana dio la FIFA, una institución deportiva de presencia global; al sancionar a México con una multa económica y obligar a la Selección Mexicana para jugar sus próximos dos partidos oficiales a puerta cerrada debido a los cantos homofóbicos que su afición continúa haciendo. Esta es la directriz adecuada.

Por lo que respecta a la administración pública por supuesto que ésta también tiene un rol determinante en las mejoras de protección y reconocimiento para la Población Diversa. En el ámbito municipal y local existe un retraso preocupante en esta materia, expertos incluso afirman que puede haber contextos casi coloniales donde la autoridad es el principal promotor de esta realidad condenatoria a un sector de la población.

La toma de decisiones desde el espectro conservador por parte de políticos y políticas ha sido -y sigue siendo- perjudicial para el cumplimiento del respeto a los derechos humanos pues asumen su responsabilidad pública desde la actitud moralina y no desde una visión Estadista.

El presidente Andrés Manuel López Obrador recientemente hizo un llamado a quienes ganaron en la pasada elección una posición de poder en la administración pública local o federal -que representan a la Cuarta Transformación- y fue enfático en hacerles saber de “cortarles las uñas” en caso de que haya alguien que robe al erario o se deje persuadir por la corrupción.

La iniciativa del Presidente debería aplicarse también a aquellos o aquellas simpatizantes que manifiesten posturas perjudiciales para la Diversidad debido a que la LGBTfobia también es una expresión del actuar corrupto al usar el poder para favorecer los intereses morales del servidor o la servidora pública por encima de la atención de gobierno hacia un sector históricamente vulnerable.

El filósofo Enrique Dussel ha insistido en la urgente profesionalización de servidores públicos con perfiles estadistas los cuales -cabe añadir a lo dicho por el experto- también deberían estar entrenados para innovar, crear, aplicar y dar seguimiento a acciones afirmativas para la población LGBT+

Por último, cabe destacar que el papel de los medios de comunicación es fundamental porque son instituciones que conforman al Estado también y pueden preservar paradigmas tóxicos o bien servir “de palanca” para la construcción de nuevos conceptos que involucren el respeto y la tolerancia hacia la población LGBTTTI, de ahí, que plataformas como esta -donde usted está leyendo este ejercicio de reflexión- el día de hoy ha cumplido su compromiso social y solidario al permitir este espacio.

__________________________________________

*Las columnas de opinión de Cultura Colectiva reflejan sólo el punto de vista del autor.

Salir de la versión móvil